8 cosas difíciles de creer que ocurrieron en lugares famosos

Publicado 6 abril, 2017 por admin
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Estamos acostumbrados a admirar los grandes monumentos en calma, pero lo cierto es que muchos de ellos se han visto envueltos por la polémica. Aquí tienes 8 ejemplos. 

El cartel de Hollywood destruido

Las brillantes letras de Hollywood no siempre han gozado de tan inmaculada apariencia, y es que antes de ser un auténtico icono, el cartel fue despreciado por los habitantes de la ciudad, quienes atentaron contra él en numerosas ocasiones. 

Con el crimen por las nubes y la economía en crisis, la ciudad de Los Ángeles tenía preocupaciones más acuciantes que el mantenimiento del letrero, y no fue hasta finales de los años 60 que el gobierno lo restauró y declaró zona protegida, después de que casi se cayera sobre un grupo de turistas. 

En 1970 un incendio acabó con el cartel que estaba construido en madera y tuvo que ser Hugh Herner, fundador de Playboy, quien convenció en una de sus fiestas a varios famosos para donar dinero y repararlo construyendo uno de metal.

Taj Mahal

Durante la guerra entre la India y Pakistán en 1971, el país decidió disfrazar su monumento con la intención de protegerlo de posibles bombardeos.

Lo mismo ocurrió en 1942, cuando se temió que la Luftwaffe atacará. Si el disfraz era bueno o malo desde el aire no lo sabemos, pero en tierra parece ridículo.

La ciudad de Nueva York convertida en una gigantesca tela de araña

La ciudad de Nueva York realizó un increíble despliegue de línea telefónica en 1888. Los kilómetros de cables fueron tantos que las calles parecían una una gigantesca tela de araña.

Además del impacto visual, el sistema no resultaba muy práctico y a veces la estructura se venía abajo por culpa de un accidente, como también ocurrió en Kansas por culpa de un tornado.

Aún así, las redes telefónicas se extendieron por todo el país, hasta que fueron sustituidas o soterradas en diversas actualizaciones. 

El monumento a Washington pasó décadas parcialmente construido 

Los esfuerzos para construir este monumento comenzaron en 1833, cuando hacían 100 años del nacimiento del presidente. Dos años después se habían recaudado 28.000 dólares y se convocó el concurso de diseños. Este es el boceto de la propuesta ganadora, como verás, cualquier parecido con la realidad es casualidad. 

En 1848, se decidió comenzar por el obelisco y dejar la columnata para más adelante pero los 87.000 dólares de fondos no dieron ni para acabarlo, quedándose a mitad.

Así pues la organización solicitó la solidaridad de los estados y pidió la donación de bloques de mármol para su construcción, argumentando que así todos se sentirían parte del monumento. Hasta el Papa Pío IX donó el suyo. 

En 1876 el congreso donó 200.000 $ para su construcción pues llevaba 20 años incompleto. La obra concluyó en 1884, descartando construir la columnata adyacente y reduciendo el monumento al obelisco y una estatua.

Stonehenge solía estar plagado de lunáticos 

Stonehenge siempre ha sido un lugar rodeado de misterio, y quizás por ello muchos grupúsculos han tratado de reclamarlo como lugar de culto, algunos de ellos incluso afirmando que allí se oficiaban sacrificios humanos. 

Sea como fuere y aunque en la actualidad la visita suela ser tranquila, en los años 50, 60, 70 y 80 varios grupos de neo-druidas protagonizaron concurridas reuniones en el lugar. 

Rituales, oraciones en grupo y celebraciones varias, especialmente durante el solsticio de verano ocuparon las portadas de los diarios de los 70 y 80. Estas actividades incluían el uso de estupefacientes y de índole sexual, lo que sin duda atrajo la atención de la policía. 

En 1985 se produjo la conocida como «Battle of the beanfield», una carga policial masiva de extrema brutalidad que se saldó con la mayor detención de civiles de la historia de Inglaterra, 500 en total. Además de 2 policías y 16 civiles que tuvieron que ser hospitalizados con traumatismo craneal grave. Desde entonces es el círculo de piedras más aburrido del mundo. 

Bushwick convertido en una zona de guerra

Hoy Bushwick, al norte de Brooklyn, es un barrio vibrante, fresco y divertido pero en los 70 parecía una zona de guerra. Varios bloques de edificios fueron incendiados durante un abrupto apagón eléctrico en 1977, lo que convirtió al barrio en una ardiente caja de cerillas.

Más de 25 edificios fueron pasto de las llamas, y cinco días después un grupo de adolescentes incendió una fábrica de telas. Completamente descontrolado, este segundo incendio provocó la explosión de varios tanques de queroseno, propagando el fuego y arrasando otros tantos edificios.

138.000 personas vivían en Bushwich antes de los incendios y solo 93.000 al finalizar la década y la epidemia de crack no había empezado. Con las drogas el barrio quedó desierto.

Por fortuna, a finales de los años 90, el alcalde Giuliani logró reducir el crimen y el barrio floreció.

La torre Eiffel como símbolo de represión

Tras la toma de París los nazis colocaron banderas en todos los edificios administrativos de la ciudad, lugares de interés y hasta en las cafeterías. Sin embargo, con la Torre Eiffel decidieron colocarle una gigantesca V de victoria como gesto de dominación. 

Eso sí, después de hacerse las fotos turísticas pertinentes.

El espectáculo atómico de Las Vegas

Se dice que la ciudad de Las Vegas tiene todo lo que puedas imaginar, y hubo un tiempo que esta amplia oferta incluía también la posibilidad de observar la explosión de bombas atómicas. 

En 1950 el gobierno estadounidense aún se encontraba probando el poder destructivo de estos artefactos en el desierto, a 65 millas de la ciudad de Las Vegas. El consistorio vio posibilidades de negocio y decidió componer calendarios con los horarios de detonación de las bombas. 

PBS

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Los clubs con mejores vistas comenzaron a cobrar entradas y así del miedo y la curiosidad, Las Vegas volvió a hacer fortuna.

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