Junto con el chocolate y la patata, el café es consumido en todo el mundo. Su aroma, sus propiedades y la accesibilidad que hay al producto hacen que éste sea un elemento fijo en la mayoría de hogares del mundo.
Aunque un buen café se distingue ya por la calidad del grano, la forma de prepararlo afecta tanto o más que su valía. Si pensamos en ello se nos ocurren a voz de pronto un par, dependiendo si lo hacemos en cafetera o máquina.
Sin embargo el extenso mundo del café va mucho más allá. He aquí once formas en las que hacer que tu brebaje mañanero sea tan distinto como puedas imaginar.
Unas cuantas flores de lavanda en nuestra taza cambian todo
Si añadimos un poco de anís hará de nuestro café una bebida mucho más dulce
Si probamos a echar un poco de mantequilla será beneficioso para nuestro cerebro y hará de este líquido algo más ‘esponjoso’
Si lo que añadimos son clavos el café tendrá un toque picante
Puede parecer extraño pero poner un poquito de sal simplemente hará que sea algo más amargo, si es así como nos gusta
En algunas partes del mundo se usa un huevo crudo para aclarar y equilibrar el café, sea como sea al menos estás tomando proteínas
Usar nuez moscada en el café hará que tenga más aroma y esté especiado
Lo mismo que si añadimos un poco de vainilla, cuestión de gustos
Todo un clásico, la canela. En muchas partes del mundo se echa incluso por defecto sobre el cafe como se hace también con el cacao
Otra opción es usar cardamomo, esta hierba es insuperable mezclada con el café