Afantasía: ¿Cómo viven las personas que no pueden imaginar?

Publicado 2 julio, 2020 por Alberto Díaz - Pinto
afantasia
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Imaginad por un momento ese lugar de vacaciones soñado, ya sea la playa, la montaña o perdido entre los tumultuosos rascacielos de una gran ciudad.

La gran mayoría puede imaginar prácticamente casi cualquier cosa que se les pida clara y vívidamente, como si fuese casi real. Para otros, sin embargo, las imágenes mentales podrían ser vagas y fugaces, pero aún así pudieron hacerlo.

Luego están aquellas personas que mantienen su mente en blanco, incapaces de visualizar nada en absoluto. Así pues, estas personas podrían pertenecer al pequeño 2% de las personas que padecen afantasía, una condición que implica la falta de todas las imágenes visuales mentales.

La mente ciega

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La mayoría de nosotros suponemos que las imágenes visuales son algo que todos tienen, algo fundamental para la forma en que vemos y nos movemos por el mundo. Pero, ¿qué significa tener una «mente ciega» de cara a los viajes mentales que hacemos todos los días cuando imaginamos, recordamos, sentimos y soñamos?

El Sr. Dawes fue el autor principal de un nuevo estudio de afantasía, publicado en Scientific Reports. Se encuestó a más de 250 personas que se autoidentificaron como que tenían afantasía, por lo que es uno de los estudios más grandes en esta materia hasta la fecha.

Los científicos descubrieron que la afantasía no solo se asocia con imágenes visuales ausentes, sino también con un patrón generalizado de cambios en otros procesos cognitivos importantes. Las personas con afantasía informaron de una capacidad reducida para recordar el pasado, imaginar el futuro e incluso soñar.

Varios grados de afantasía

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Otro estudio realizado por el profesor Joel Pearson, director del laboratorio Future Minds, determinó que existen varios grados de afantasía. El 26% de los sujetos sometidos al experimento informó de una falta más amplia de imágenes multisensoriales. Aquí se podrían incluir la imaginación del sonido, el tacto, el movimiento, el gusto, el olfato y la emoción.

Curiosamente, la única que apenas presentó alteraciones fue la capacidad de imaginar distancias o la ubicación entre las cosas.

Sueños y recuerdos

Si bien visualizar una puesta de sol es una acción voluntaria, también se descubrió que las formas involuntarias de cognición, como soñar, ocurren menos en personas con afantasía.

«Las personas con afantasía reportaron que soñaban con menos frecuencia«, comenta Pearson. «Además, los sueños parecen ser menos vívidos y con menos detalles sensoriales. Esto sugiere que cualquier función cognitiva que implique un componente visual sensorial, ya sea voluntaria o involuntaria, es probable que se reduzca en la afantasía«.

Al parecer, estos individuos también experimentan recuerdos menos vívidos de su pasado y reportaron una capacidad significativamente menor para recordar eventos pasados en general.

«Nuestro trabajo es el primero en mostrar que las personas con afantasía también muestran una capacidad reducida para recordar el pasado y las perspectivas de futuro«, explica Dawes. «Esto sugiere que las imágenes visuales podrían desempeñar un papel clave en los procesos de memoria«.

Un vistazo hacia el futuro

También se cree que la afantasía puede estar neurológicamente asociada con la sinestesia (personas que por ejemplo pueden ver un color cuando escuchan música o notar un tacto en su mejilla cuando saborean un alimento) y con la prosopagnosia congénita, que consiste en una dificultad marcada para reconocer a personas por su rostro.

Lo cierto es que apenas existe un puñado de estudios realizados sobre este tema, por lo que todavía queda mucho que descubrir, aún más tratándose de la mente.

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