Como sabemos, el albinismo es una condición genética provocada por el déficit de tirosina, la enzima que regula la producción de melanina, en el organismo. La principal característica es la falta de coloración de la piel. Además, las personas con esta condición sufren habitualmente de problemas de vista y tienen que ser cautos con su exposición a la luz solar.
En todo este tiempo hemos visto numerosos casos de albinismo, tanto en personas como animales, e incluso hemos visto el infierno que puede suponer ser albino para alguien natural de África.
Sin embargo, hasta ahora no habíamos conocido a nadie como Ruby Vizcarra, quien se autodefine como una belleza sin pigmento. La mexicana utiliza las redes sociales y su trabajo como modelo para dar visibilidad a esta rara condición y terminar, de una vez por todas, con todos los estigmas sociales que la envuelven.
Ruby Vizcarra: «Me he sentido discriminada desde mi infancia y hasta la fecha»
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Ruby, de 26 años y originaria de Guadalajara, México, desde que era pequeña ha padecido la desinformación de la sociedad ante esta condición genética. En una entrevista para el medio mexicano Milenio, Ruby explicó cómo había sido su infancia:
«Vivir con albinismo en México para mí ha sido los primeros años muy difícil porque ni siquiera yo sabía que era esta condición. Mucha gente pensaba que era una enfermedad y decían que se la iba a pegar. De hecho, desde el momento que nací fue difícil porque una enfermera le estaba ofreciendo a mi mamá comprarme. Le dijeron que mi papá no creería que yo fuera hija suya«.
Sin embargo, sus padres jamás la hicieron sentirse diferente, aún menos cuando nació su hermana más joven, también albina.
«Yo no me sentía diferente. Antes de entrar en la escuela nadie me había dicho que era diferente porque como mi hermana menor era igual que yo, pensaba que así eran las personas«, explica.
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Sin embargo, durante la adolescencia Ruby cayó inmersa en una profunda depresión, debido mayormente a las continuadas burlas y discriminaciones a las que la joven debía hacer frente a diario.
Esto le llevó a intentar cambiar su apariencia por completo, tiñéndose el cabello y cubriendo su pálida piel tras el maquillaje. No obstante, Ruby confiesa que llegó al punto de no reconocerse a sí misma en el espejo, entristeciéndola aún más.
Al final aprendió a quererse a sí misma
Así fue como, poco a poco, y gracias al apoyo incondicional de su familia y a terapia, Ruby aprendió a aceptarse y quererse tal y como es. «Me cuestionaba por qué tenía que ser como los demás. Tomé terapia, me ayudaron. Me miraba en el espejo, veía lo que quería cambiar y lo hice. Me rapé para que creciera mi cabello natural y a partir de ahí empecé a verme bonita«, matiza.
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Desde pequeña, Ruby tenía claro que quería ser modelo, pero creía que jamás sería aceptada por su condición. Sin embargo, su excepcionalidad la ayudó a alcanzar su sueño.
«Entré en una agencia y les gustó mi color de piel, además de que no tenían más modelos así. Se estaba logrando mi sueño y ya son seis años, quiero ser una inspiración para las personas que en algún momento se sintieron como yo y en algún momento pensaron que por alguna característica física no podían estar en el modelaje. Yo quiero seguir demostrando que sí se puede y, aunque te cierren puertas, tú ábrelas«, aconseja.
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Debido a toda la desinformación y estigmas que siguen latentes respecto al albinismo, en 2014 la Asamblea General proclamó el 13 de junio como el Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo.
Sin duda, su historia es todo un ejemplo de inspiración que esperamos que ayude a aquellos que sufren algún tipo de discriminación. Si os ha gustado la historia de Ruby y queréis ver más imágenes suyas, solo tenéis que acceder a su cuenta de Instagram.
