3 animales ebrios por comer frutas fermentadas en la naturaleza

Publicado 22 octubre, 2019 por Elena
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Mientras que para nosotros es de lo más sencillo encontrar y consumir alcohol, el resto del reino animal lo tiene más complicado. Pero eso no quiere decir que no se emborrachen.

¿De dónde sacan los animales el alcohol?

Aunque ya nos hemos acostumbrado a que el alcohol venga embotellado, podemos encontrarlo de manera natural en frutas fermentadas. La fermentación es un proceso biológico que se da en ausencia de oxígeno. Debido a la falta de oxígeno, los microorganismos, como las levaduras y bacterias, de frutas y cereales principalmente obtienen energía a partir de la glucosa, generando como desechos alcohol y CO2. La fermentación alcohólica es realmente su modo de sobrevivir.

Los elefantes se emborrachan con marula en Sudáfrica

En Sudáfrica hay leyendas que cuentan que a los elefantes les gusta emborracharse. Por lo visto, a los paquidermos les gusta beber de las frutas de los árboles de marula y también disfrutan con la sensación de calidez y embriaguez que causa la fermentación de esta fruta. No actúan como los humanos borrachos, ya que necesitarían enormes cantidades de fruta para emborracharse tanto y tomarlas rápidamente, pero sí se comportan lentamente y se asean y exploran menos.

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Elefantes ebrios. Earthtouchnews

Pero los elefantes no son los únicos que disfrutan emborrachándose con estas frutas. En el siguiente vídeo también vemos hipopótamos, rinocerontes, jirafas, simios, jabalíes, suricatos, avestruces, ñus e incluso gusanos. No te pierdas a estos animales bostezando, zigzagueando y poniendo la típica cara de resaca en la que te quedas mirando a la nada pensando «no vuelvo a beber y esta vez va en serio».

También hay historias de los marsupiales ualabíes que utilizan las semillas de las amapolas en Australia para drogarse. O de perros adictos a la sustancia tóxica que segregan los sapos de la caña.

Hay monos que prefieren beber como nosotros, en cóctel

Una adicción más elaborada es la de los monos cercopitecos verdes, de la isla de Saint Kitts en El Caribe. Estos monos son conocidos por robar y beberse los cócteles de los turistas que se despistan. Precisamente estos monos fueron objeto de estudio para comprobar si realmente los animales podían tener una adicción. En realidad estos monos son nativos de África, pero los esclavistas se los llevaron a América como mascotas y allí, libres de depredadores, se adaptaron muy bien. Cuando la caña de azúcar se quemaba o se fermentaba, se convertía en una golosina para los monos. Una vez se acostumbraron al etanol, puede que desarrollaran cierta tolerancia al alcohol, además de que les gustaba.

Ahora ya las frutas y el azúcar se les han quedado cortos y prefieren cócteles de ron con agua azucarada. También se observó que a los jóvenes les gustaba más, independientemente del sexo. Los investigadores teorizan que los monos más viejos necesitan estar alertas y controlar la dinámica social de su grupo y por ello prefieren no beber. Vamos, que dejan sus andadas de la juventud y actúan como adultos cuando se tienen que hacer cargo de los más jóvenes.

No está claro que realmente los animales busquen estimularse a propósito, de manera recreativa, como hacemos los humanos. Pero desde luego las imágenes que nos dejan son de lo más graciosas. En este otro vídeo hay una urraca que apenas se tiene en pie tras haber comido manzanas fermentadas en un jardín.

La ardilla que se emborrachó por Acción de Gracias

ardilla ebria

Youtube /
PiggyGirl2010

Esta ardilla en Minnesota, llamada Little Red, se puso las botas de peras fermentadas en víspera de Acción de Gracias y claro… luego pasa lo que pasa.

El viernes, Katy Morlok dejó algunas peras pasadas afuera para que las ardillas de su vecindario se dieran un pequeño festín. Sin embargo, una hora después, Morlok vio que una de ellas se balanceaba de forma extraña. ¡La ardilla estaba completamente borracha!

ardilla borracha

Youtube /
PiggyGirl2010

La pobre mujer solo quería alimentar a las ardillas, pero cuando vio el extraño comportamiento de Little Red, enseguida cayó en la cuenta de que aquellas peras debían haber fermentado.

«Y entonces me di cuenta … ¡oh no, esas peras eran tan viejas que apuesto a que fermentaron!«, comenta Morlok. «Así que la ardilla se emborrachó, aunque esa no era mi intención. Por eso, salí y recogí todas las peras que les había puesto«. Pero no sin antes recoger el momento en vídeo, el cual se volvió viral en cuestión de horas:

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