Así es la vida en los apartamentos de 4 m² de Corea del Sur

Seguramente muchos de vosotros hayáis experimentado la terrible situación de buscar piso en una gran ciudad. Precios inflados, calidades ínfimas y los mejores vuelan los primeros ¿os suena? Todo ello sin contar con los zulos y viviendas cochambrosas que os han enseñado gustosamente por el camino. Cuando esto pasa, siempre me he preguntado si de veras piensan o esperan que alguien pueda vivir ahí cómodamente. ¡Y es que te lo enseñan como si fuera el Palacio de Versalles!

Sin embargo, podría ser peor. Imaginad que tenéis que trasladaros a vivir a Seúl por motivos de trabajo y contáis con un presupuesto muy ajustado para el alquiler. Allí se estilan mucho los llamados «Goshiwon» o «Goshitel», es decir, las «viviendas-habitáculo» a las que podríamos aspirar la mayoría de nosotros.

Cuando las conozcáis, gracias al trabajo fotográfico del artista Sim Kyu-dong, no cabe duda de que vuestra perspectiva sobre lo que es vivir en condiciones asfixiantes cambiará.

«Goshiwon» o «Goshitel», las «viviendas-habitáculo» de Seúl

Instragram / simkyudong

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Este tipo de «viviendas» son frecuentes en la enorme y súper desarrollada capital de Corea del Sur, una ciudad que en nuestra mente es moderna y lujosa, pero que esconde una realidad como la que estáis a punto de ver. Una realidad en la que miles de personas se ven obligados a vivir en espacios de 3 a 4 metros cuadrados, pues es lo único que pueden permitirse.

Para conocer el origen de estos inhóspitos habitáculos hay que remontarse 50 años atrás, cuando los estudiantes se encerraban en zulos como estos para poder concentrarse y sacar las mejores notas posibles de cara a los «goshi», es decir, los exámenes más exigentes del país.

Instragram / simkyudong

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Precisamente de ahí proviene el nombre de «goshiwon», el cual derivó más tarde a «goshitel» («Goshi»+»hotel»), otras estancias algo más grandes, de unos cinco metros cuadrados.

Las imágenes que estáis viendo fueron realizadas por el artista y fotógrafo surcoreano Sim Kyu-dong, quien durante 5 años estuvo viviendo en un goshiwon de Seúl. Al parecer, el fotógrafo se mudó allí por motivos de trabajo y documentó su estilo de vida a través de la lente de su cámara.

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Sim aceptó el alquiler de un «goshi» no porque le gustase, sino porque era barato. Además, no había necesidad fianza ni de tarifas de mantenimiento. Como él, estos lúgubres habitáculos son el reclamo idóneo, que no perfecto, para estudiantes y trabajadores que no pueden permitirse una vivienda más grande.

Este tipo de «casas» cuentan con cocina y baño compartidos, aunque tampoco son especialmente grandes.

Instragram / simkyudong

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Baratos, pero pontenciadores del estrés y ansiedad

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El precio de estas habitaciones varía entre los 170 y los 340 euros mensuales, dependiendo de la zona, y están provistas de una cama, escritorio y un pequeño armario, donde poder guardar los escasos enseres personales.

Instragram / simkyudong

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Como podréis deducir viendo las imágenes, la calidad de vida deja bastante que desear, incluso con las necesidades más básicas cubiertas. Por ello, las estadísticas indican que un alto porcentaje de depresión y ansiedad entre los que viven en este tipo de entorno. De hecho, el propio fotógrafo, Sim, sufre de estos males psicológicos desde entonces.

Instragram / simkyudong

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Lo que nos queda claro, viendo las imágenes de este joven fotógrafo, es que la necesidad aprieta y, en muchas ocasiones, ahoga. Seguramente la próxima vez que nos enseñen una casa, aunque no cumpla nuestras expectativas, nos acordaremos de que siempre puede ser peor.

Instragram / simkyudong

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