«Tengo 100 años, estuve en la II Guerra Mundial. Pregúntame lo que quieras»

Publicado 6 noviembre, 2019 por Rafael Giménez
Armond Welch II Guerra Mundial
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El teniente primero Armond Morris Welch, nacido en 1919, ha cumplido 100 años y es uno de los últimos sobrevivientes de la II Guerra Mundial. Los internautas, curiosos, le han hecho una entrevista colectiva y aquí te compartimos las mejores respuestas.

En su cama, y acompañado por sus seres queridos, Welch recuerda su actuación en Okinawa, en Nueva Guinea y en las Filipinas. Las condecoraciones recibidas, bien guardadas, todavía lo enorgullecen. Conserva un recorte viejo y amarillo de un diario local de Bremerton, Maryland, donde se narra su regreso a la ciudad después de pasar 23 meses en el Pacífico con la Fuerza Aérea Estadounidense.

Pero la memoria, como las plantas, necesita que la rieguen, que la alimenten. 74 años después del fin del mayor conflicto armado que la Historia registra, los recuerdos de combatientes como Welch están siendo retomados por los jóvenes para que el legado de “la mejor generación” no se pierda. Con este objetivo, a uno de los nietos de Welch se le ocurrió crear un AMA en Reddit. ¿No sabes qué es eso? Vamos por partes.

Un encuentro intergeneracional en Reddit

Reddit es un sitio web donde las personas suben información, la almacenan, la clasifican, la debaten y la comparten. Una de sus funciones específicas (y una de las más populares hoy en día) es el AMA (o r/IAmA). ¿En qué consiste? Pues su nombre lo indica: “Ask Me Anything”, es decir: “Preguntadme lo que queráis”.

Se trata de una especie de formato de entrevista online, en la que los usuarios de todo el mundo pueden hacer preguntas en directo a una persona que se somete a este escrutinio planetario. Algunas veces lo hace gente famosa y otras, como en el caso de Welch, los entrevistados son individuos desconocidos que tienen algo interesante para decir.

Estas fueron algunas de las preguntas que le hicieron y sus respuestas

P: Si lo hubo, ¿cuál fue el día más feliz de la guerra?

R: Hubo días felices, sí. Me acuerdo cuando me encontré con amigos de Bremerton en Nueva Guinea. La mayoría pertenecía a la división 41º. Fue a mediados del ’43. Parecía tan irreal estar con los amigos del pueblo, riéndonos y hablando de cosas de Maryland, pero en el medio de una guerra a miles de kilómetros de distancia. El día más feliz, naturalmente, fue cuando me informaron que me iba a casa.

Se estima que más 30 millones de civiles y solados perecieron en ambos bandos solamente en la Guerra del Pacífico (1937-1945).

P: ¿Cuál fue el momento más difícil que le tocó vivir durante la guerra?

R: No es fácil responder esta pregunta, pero pienso ahora en Filipinas. Recuerdo cuando entramos en Manila. Era marzo del ’45. Llevábamos un mes luchando por expulsar a los japoneses de la ciudad y la batalla había sido muy, pero muy sangrienta. Casi no quedaban casas de pie. Se combatió por la vida por cada metro cuadrado. Pero lo peor fue descubrir lo que hicieron los japoneses mientras se retiraban. Más de 100 mil personas habían sido aniquiladas en la huida del Ejército Imperial. El olor a putrefacción de Manila en marzo del ’45 es algo que no se olvida.

P:¿Cómo fue volver a la vida normal después de lo vivido?

R:Fue duro. Yo volví entero, pero muchos lo hicieron mutilados, malheridos o traumatizados. Yo tuve suerte, conté con el apoyo de mis padres, me enfoqué en el trabajo, formé una familia y siempre mantuve el contacto con mis antiguos compañeros. No me arrepiento. Teníamos una misión para cumplir y cumplimos. Pero hoy veo la guerra con otros ojos. Veo las fotos de aquellos años y pienso en lo jóvenes que éramos, tanto nosotros como los que combatían del otro lado.

P:Si pudiese volver en el tiempo, ¿haría algo distinto?

R:No lo creo. Quizás, claro, viéndolo a la distancia tomaría alguna decisión diferente, pero en líneas generales creo haber actuado correctamente, tanto yo como mis compañeros. De todos modos, quisiera dejar claro que no estoy a favor de la guerra, no me parece bien que los jóvenes se maten entre sí, más allá de nacionalidades, razas e ideologías. Pero teníamos que parar a Hitler, teníamos que parar también a los japoneses. No podíamos quedarnos de brazos cruzados, al menos no después de Pearl Harbor. Repito: teníamos una misión que cumplir y lo hicimos. Pero más importante que mi participación en la guerra, creo que mi mayor contribución para mi país es el haber criado a mis hijos como patriotas y haber trabajado toda la vida con honradez. Esa es, creo yo, mi más grande victoria.

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