Estamos acostumbrados a ver grafitis capaces de nublar nuestros sentidos, cuya única misión es la de transformar el entorno en el que se encuentran. Sin embargo, con lo que no estamos tan familiarizados es con la idea de encontrarnos con obras de pintura neoclásica fuera de un museo.
Y es que, algunos podrían tener la suerte de encontrarse un mural inspirado en una pintura icónica en la fachada de un edificio. El artista callejero y cineasta francés Julien de Casabianca es conocido por colocar versiones gigantescas de pinturas neoclásicas en lugares totalmente inesperados.
La idea surgió en 2014, cuando Casabianca visitó el Louvre y sintió empatía por una chica de aspecto sombrío en la esquina de un cuadro. «Tuve un impulso de Príncipe Encantador«, explica. «Quería liberarla del castillo para darle una segunda vida«. Casabianca hizo una foto de la pintura con su teléfono, la imprimió y la pegó en un edificio de París. Desde entonces, su obra ha ido creciendo considerablemente:
Julien de Casabianca es un artista que rescata innumerables personajes pictóricos de los grandes museos, para después transportarlos e incluirlos dentro la arquitectura urbana. Un proyecto que nació en 2014 bajo el nombre de Outings.
Su arte le han valido la invitación de numerosos centros de arte de todo el mundo. De EEUU a Suiza pasando por Nepal, Casabianca ha participado también en grandes festivales de street art como NuArt.
«Soy un artista multidisciplinar: soy cineasta, hago instalaciones de arte, dibujo cómics… pero nunca antes había probado con el street art. Al ver mis obras, el mundo del arte callejero reaccionó muy bien, e inmediatamente fui invitado por muchos festivales de todo el mundo y publicado por revistas del sector«, explica el artista francés.
Pero si hay algo insólito en la técnica de Casabianca, es que el artista no pinta los murales, sino que los pega. «Hago una foto, la imprimo en un papel y la pego en la pared. ¡No puede ser más fácil! Lo difícil es elegir el cuadro adecuado y la pared adecuada de la ciudad. Lo difícil es hacer una composición bella y poderosa«, revela Casabianca.
Cuando se trata de escoger el lugar donde estos murales brillarán más, Casabianca se deja llevar por su intuición. «Es como una sensación. Adoro las paredes viejas y desgastadas, no las limpias. Me gusta ver alma en la pared, no algo nuevo e impoluto«, confiesa.
Sin embargo, Casabianca ha confesado que lo más difícil fue superar su miedo a las alturas. «Tener vértigo como yo, cuando trabajas todo el día en una grúa a 20 metros del suelo, es, sin duda, lo más difícil«.
Sin embargo, aunque su trabajo parece no tener límites, el artista explica que nunca trabaja con cuadros que reproduzcan la figura de Jesús o María. Esto es porque sus murales muchas veces se exhiben en barrios pobres y multiculturales donde conviven muchas religiones. «No quiero parecer alguien que quiere predicar con la verdad«, finaliza.
Nosotros solo hemos hecho una recopilación de sus obras pero, si os ha gustado el trabajo de Casabianca, podéis seguirle a través de su perfil de Instagram.
Este artículo fue modificado el 7 noviembre, 2020 7:53 pm