Para cualquiera de nosotros, una manzana es solo una manzana y una sandía, pues una sandía ¿no?. Sin embargo, mientras que nosotros solo vemos fruta, la artista japonesa Tomoko Sato ve lienzos en los que plasmar su delicado arte.
Cuando Tomoko visitó Tailandia en 2004, se quedó prendada de la artesanía tradicional del tallado. Allí fue donde aprendió la complicada habilidad de tallar alimentos. Después, regresó a Kioto y pasó de trabajar la madera a tallar frutas y verduras.
Actualmente, Tomoko convierte alimentos comunes en intrincadas esculturas comestibles. Sus hermosos diseños, plagados de hermosos adornos, patrones simétricos o mandalas, todos han sido creados con sus propias manos y con un talento sobresaliente.
Nosotros hemos escogido algunas de sus obras más impresionantes, a través de cu cuenta de Instagram, pero lo cierto es que solo es la punta del iceberg. Comencemos:
La artista japonesa Tomoko Sato convierte frutas y verduras ordinarias en esculturas comestibles increíblemente elaboradas
Conocido en tailandés como Kae–Sa–Luk, el tallado de frutas es una forma de arte que requiere extrema dedicación, sutileza y atención al detalle. De hecho, cualquier fruta o verdura puede convertirse en una obra de arte en manos de un tallador de frutas experto.
Una de las opciones más populares es la sandía, que comúnmente suele tallarse con diseños florales, rosas tridimensionales, pétalos intrincados e incluso delicados cisnes.
Tradicionalmente se piensa que el tallado de frutas se originó en China durante la dinastía Tang, que duró desde el 618 al 906 d.C.
Actualmente, estas piezas de arte comestibles no solo se utilizan en ceremonias culturales y tradicionales, sino que también se pueden encontrar en hogares, hoteles o restaurantes.
Mientras tanto, en Tailandia, el tallado de frutas es un arte y una artesanía por derecho propio. Las primeras tallas de sandía se remontan a la dinastía Sukhothai, que reinó en el siglo XIV.
La artista se inspira en el tallado de frutas tradicional tailandés
Una leyenda cuenta que durante el reinado del rey Phra Ruang, en 1364, Nang Noppomart quería que su balsa destacara entre las demás durante el Loi Krathong. Este era un festival muy popular en el que las balsas se decoraban con diversos objetos, incluidas hojas de plátano y flores.
De este modo, Nang tomó una flor como plantilla y la talló en una verdura. También talló un pajarito para que se sentara en dicha flor. Se dice que sus habilidades impresionaron tanto al rey que decretó que todas las mujeres tailandesas deberían aprender este nuevo arte.
Actualmente, las tallas de frutas y verduras se han generalizado y han llegado al público occidental. De hecho, hoy podemos encontrar este tipo de piezas en la cocina de lujo o en algunos banquetes de bodas.
Cada pieza, tallada a mano, es como una obra de arte comestible
Sato aprendió este arte cuando visitó Tailandia en 2004. El tallado de frutas y verduras requiere de una gran habilidad, precisión y paciencia. Y, por supuesto, Sato claramente dispone de estas tres cualidades.
De hecho, su creciente portfolio muestra su vasta creatividad y el amor por su oficio. La artista incluso enseña a otros el arte de tallar frutas en Kioto, así como en su ciudad natal, Fukui, en la prefectura de Fukui, Japón.
Pero Tomoko no solo talla fruta. También se atreve con jabones y madera
Si os ha gustado el arte de Tomoko Sato, no dudéis en seguirla a través de Instagram o su web, donde encontraréis muchos diseños más.
