En muchas regiones del planeta, el verano sigue pareciendo un frío invierno; casi como si no hubiera estaciones, algunas ciudades tienen nieve todo el año. A diferencia de las zonas tropicales del planeta, que en primavera y verano se puede sentir un calor intenso y los paisajes se llenan de flores coloridas; en los polos norte y sur hay días en los que no se ve la luz del sol.
Uno de estos lugares que parecen estar siempre congelado es Oymyakon, un pequeño pueblo siberiano que se considera el lugar más frío de todo el mundo.
En 2017, un fotógrafo neo zelandés llamado Amos Chapple viajó a Oymyakon para retratar cómo es la vida en un lugar que a primera vista parece inhóspito. El resultado es realmente impresionante, así que hoy te queremos compartir algunas de sus mejores fotografías mientras te contamos un poco sobre la ciudad.
Oymyakon se ubica al este de Siberia y tiene aproximadamente 500 habitantes.
Ostenta el récord mundial de la temperatura más baja jamás registrada en una zona habitada. También es la temperatura más baja que ha alcanzado el Polo Norte.
Sucedió el 26 de enero de 1926, cuando el termómetro marcó -71.2 grados centígrados.
La temperatura promedio normal en Oymyakon es de 50° Celsius bajo cero en invierno.
Pero si el termómetro llega a marcar -52°C, muchas actividades se suspenden; por ejemplo, los niños no asisten a la escuela.
Sin embargo, este no es el lugar MÁS gélido en el planeta. En el Polo Sur se registró una temperatura de -89.2°C, en la base Vostok el 21 de julio de 1983.
El suelo de Oymyakon es permafrost; lo que quiere decir que siempre está congelado, pero no siempre está cubierto de nieve.
De 1920 a 1930, Oymyakon era una parada de pastores de renos, quienes llevaban a su rebaño a las aguas termales.
El gobierno soviético quería hacer que toda su población nómada se asentara así que obligó a algunas personas a establecerse de forma permanente en la región.
Así nació la ciudad de Oymyakon cuyos habitantes han aprendido a vivir con el extremo frío.
Chapple se interesó por este lugar, así que decidió viajar desde Nueva Zelanda hasta Siberia para conocer cómo es la vida en Oymyakon y darnos estas increíbles fotografías.
Este es el único camino que conduce a Oymyakon, se le conoce como la «Ruta de los Huesos».
En el letrero de entrada se puede leer «Oymyakon: El polo del frío».
El pueblo tiene una calefacción central que está encendida las 24 horas para dar un poco más de calor a los habitantes
Los vendedores de pescado no necesitan refrigerar su producto pues el frío del ambiente lo mantiene en óptimas condiciones.
De hecho, en el Mercado Central lo que más se vende es pescado y carne pues las frutas y verduras son prácticamente imposibles de cultivar en la región.
Sólo existe una ferretería en Oymyakon pero afortunadamente tiene todo lo que los habitantes necesitan.
Los automóviles deben guardarse en garajes con calefacción o mantenerse con el motor encendido pues si éste se congela no hay manera de que vuelva a encender.
La mayoría de los baños están en la calle debido a que el suelo congelado dificulta la construcción de drenajes dentro de las casas.
Los establos son especiales para asegurar que los animales se mantengan calientes.
«Llevaba pantalones delgados cuando salí por primera vez a -47°C. Recuerdo sentir que el frío me agarraba físicamente las piernas, la otra sorpresa fue que ocasionalmente mi saliva se congelaba en agujas que me pinchaban los labios», dijo el fotógrafo.
Sin duda, Oymyakon es un lugar asombroso con paisajes fascinantes, pues a pesar de las temperaturas extremas no podemos negar que tanta blancura nos llena de admiración.