El vino es una parte muy presente de la cultura en muchísimos países del mundo. Esto ha propiciado un mercado en el cual podemos encontrar, desde botellas que apenas cuestan 1 ó 2 euros, hasta auténticos tesoros de miles de euros.
Su consumo, moderado y con responsabilidad, ofrece sustanciosos beneficios a nuestro organismo. Incluso antes los médicos recomiendan ingerir 1 ó 2 vasos de vino al día por sus efectos antioxidantes, anticancerígenos, etc…
El vino suele tener un papel bastante notorio en las reuniones sociales. Ya sea por su delicioso sabor, o por los efectos desinhibidores que provoca tras un par de copas. Raro es pues la fiesta donde no haya alguna botella.
Precisamente sobre el vino y sus efectos, el fotógrafo Brasileño Marcos Alberti, ha realizado un proyecto al que ha llamado «3 copas después».
En este proyecto Marcos Alberti ha querido juntar 3 de sus mayores pasiones: la fotografía, los amigos y el vino. Todo empezó cuando Alberti escuchó la famosa frase que dice «La primera copa es sobre la comida, la segunda es sobre el amor y la tercera es sobre la confusión» y quiso comprobar qué había de cierto.
En tan solo 4 fotos Alberti nos muestra las diferentes caras de una misma persona. Primero, nada más llegar al estudio y, 3 imágenes después, con unas cuantas copas de vino encima. Los cambios son bastante divertidos y hasta el tipo más serio deja ver una sonrisa en su cara cuando el alcohol empieza a hacer efecto.
Os dejamos con unas cuantas imágenes de su proyecto. Así podréis juzgar vosotros mismos y, de primera mano, como va cambiando la cara de la gente cuando empiezan a beber vino.
Con 3 copas de vino, la gente se desinhibe totalmente
Las camisas empiezan a sobrar
Y el peinado cambia drasticamente
Hasta un tipo serio acaba sonriendo
Algunos abren la «caja de las risas» y ya no paran
A veces tenemos arrebatos de vergüenza
O de felicidad
La gente con el pelo largo, se desmelena más o eso parece
Las hay que mantienen su peinado perfecto
Poco a poco las sonrisas van creciendo
De una cara más o menos seria a un mirada risueña
Algunos se ven bien desde la primera copa
Otros acaban hasta perdiendo las gafas
A este chico, no le habían dejado ni quitarse el casco de la bicicleta
El cambio de la primera a la última foto es bastante gracioso
Cuando el vino se nos sube a la cabeza, solo dan ganas de reír
Esto es tan solo una muestra de su proyecto, si queréis ver todas las fotografías que lo componen tan solo debéis entrar en su página web.
Por supuesto, nosotros recomendamos el consumo de vino con moderación y responsabilidad, nunca de forma indiscriminada.
Fuente: Bored Panda, Artículo por La Voz del Muro