Estas aves son una excelente opción natural para quitar las plagas de los cultivos.
Para alimentar a las 8 mil millones de personas que actualmente habitan el planeta, es necesario cultivar millones de toneladas de comida. Y para que todos los cultivos sean provechosos, es necesario cuidarlos de los insectos que arrasan con ellos. La mayoría de los granjeros alrededor del mundo utilizan pesticidas, que son muy útiles para acabar con maleza, insectos, roedores y hongos.
Sin embargo, estos productos químicos no distinguen entre especies y también destruyen a animales benéficos para las plantas como abejas, murciélagos y colibríes, encargados de la polinización. Es por eso que muchos granjeros buscan opciones más amigables con el planeta para proteger sus cultivos de plagas. Y una de ellas parecen ser los patos.
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En Tailandia, los patos se encargan de acabar con las plagas de los arrozales. Se trata de una técnica conocida como «cultivo integrado de arroz y patos» y consiste en dejar que estas aves se coman todos los insectos y cáscaras de arroz de los campos. Así, limpian las plantas de plagas y elementos perjudiciales permitiéndoles desarrollarse, al mismo tiempo que se alimentan. Y al final, su estiércol vuelve a los campos en forma de fertilizante.
Resulta una gran idea que beneficia a muchas partes. El granjero ya no tiene que gastar una fortuna en pesticidas, los polinizadores están a salvo y los patos se van a casa con el estómago lleno, reduciendo costos de alimentos para su criador. Esta técnica es muy usada en Asia y proviene de una tradición centenaria; aunque en muchas regiones se usan los pesticidas por la facilidad que conllevan. Sin embargo, en Tailandia, el cultivo integrado de arroz y patos es fundamental para la agricultura.
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De acuerdo con el diario El País, una bandada de 10 mil patos se encarga de mantener limpios los campos de arroz tailandeses. Cada año, este ejército de «patos cazadores» consume los insectos ocultos entre los cultivos de arroz para evitar que estos se dañen.
Los patos cazadores se mueven de forma instintiva entre los arrozales, buscando comida. Se alimentan de caracoles y sus huevos así como otros insectos. Verlos hacer su trabajo es un verdadero espectáculo pues realmente parece un ejército marchando, listo para la batalla.
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Una vez que terminan de peinar los campos, las aves deben regresar a su hogar. Corren de vuelta al camión que los llevará a su granja de origen, donde se prepararán para la siguiente misión; pues los patos cazadores son una especie de trabajadores externos. Es decir, que los agricultores contratan a los patos para que acaben con las plagas.
Tailandia es famoso por sus grandes extensiones de arrozales que además son la base económica de miles de familias. Es por eso que mantener a salvo los cultivos es de suma importancia. Y gracias al ejército de 10 mil patos, esto es posible y ahora, aves y campesinos son los mejores compañeros de trabajo.
