El Protocolo de Montreal (acordado internacionalmente en 1987) para la protección de la capa de ozono demostró, a través de un estudio publicado el 25 de marzo en la revista New Scientist, que ésta continúa recuperándose, provocando a su vez, cambios en los patrones de circulación aéreos del Hemisferio Sur.
Dicho protocolo ha estimulado la curación de la capa de ozono tras prohibir la producción de sustancias que le agotan.
Utilizando datos de observaciones satelitales y simulaciones climáticas, Antara Banerjee, profesora de la Universidad de Colorado Boulder y principal responsable del análisis, declara que son los patrones cambiantes del viento quienes han llevado a la recuperación de la capa de ozono.
La científica agrega que dicha recuperación se hará a diferentes velocidades en diferentes partes de la atmósfera. Por ejemplo: se espera que la capa de ozono se recupere totalmente para 2030 en el hemisferio norte y para la década de 2050 en el hemisferio sur.
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En concreto, el agujero antártico se recuperará en cuarenta años
No se espera una recuperación total del ozono hasta dentro de varias décadas. Esto se debe porque, a pesar de la prohibición de las sustancias que agotan el ozono, los productos químicos tienen una vida útil muy larga en la atmósfera.
Hasta comienzos del siglo XI, la atmósfera era “atacada” por un cinturón de corrientes de aire llamado “corriente en chorro” de latitud media en el hemisferio sur que se había desplazado gradualmente hacia el Polo Sur. Además de esta, existía otra corriente de chorro tropical llamada “celda Hadley”. Responsable de los vientos alisios, cinturones tropicales, huracanes y desiertos subtropicales, que se había ido ensanchando.
Sobre esta realidad la científica Banerjee y su equipo descubrieron que ambas tendencias se detuvieron y comenzaron a revertirse en el año 2000. Un cambio debido a un efecto directo de la capa de ozono en recuperación.
Influencia en el clima
Las alteraciones en el camino de una corriente en chorro influyen en el clima con cambios en la temperatura atmosférica y la lluvia. Lo que conduciría a cambios en la temperatura del océano y la concentración de sal.
Martyn Chipperfield de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, plantea que ahora el siguiente paso es observar el efecto de esa recuperación en el clima. Además añade que es importante saber qué aspectos del cambio climático han sido causados por las emisiones de dióxido de carbono. Unas emisiones que continúan aumentando, mientras que el agotamiento del ozono se está deteniendo y revirtiendo.
¿Alguna consecuencia positiva por la cuarentena del Covid19?
Esta buena noticia no está directamente relacionada con la situación de crisis actual. Pero el brote de COVID-19 y su consecuente interrupción de las prácticas perjudiciales en la mayor parte de las industrias, ha producido algunos impactos ambientales positivos. Todo gracias a la considerable disminución mundial de las emisiones.
Según comunica la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el intento por frenar la rápida propagación de COVID-19, ha limitado en gran medida la actividad económica; y esto, a su vez, ha desencadenado una disminución de las emisiones de CO2.
