La mayoría de padres quieren que sus hijos tengan un futuro prometedor, eviten tener problemas, les vaya bien en los estudios y tengan éxito cuando alcancen la edad adulta. Aunque no existe una receta que nos asegure que nuestros hijos vayan a vivir una vida llena de éxitos, sí que existen factores que están relacionados con ello. Como era de esperar, muchos de ellos se basan en la educación que reciben por parte de los padres. ¿Y qué es lo que tienen los padres de los niños exitosos en común? Eso es lo que venimos a mostrarte a continuación, apoyándonos en diferentes estudios.
Una mamá trabajadora
Según un estudio de la Harvard Business School, los niños se benefician de crecer en un hogar en el que la madre trabaja fuera del hogar. Al parecer, las hijas de las madres trabajadoras asisten al colegio durante más tiempo y tienen más probabilidades de tener un puesto de responsabilidad en un futuro y un mejor salario que las que tienen madres que se quedan en casa. Según la investigación, los hijos de madres trabajadoras tienden a realizar más tareas domésticas que los demás.
Los padres establecen una buena relación con sus hijos desde muy temprano
En 2014, un estudio desveló que los niños que reciben buenos cuidados durante sus primeros tres años de vida acaban teniendo mejores resultados en las pruebas académicas durante la infancia. Estos niños también terminan teniendo relaciones más sanas y un buen rendimiento en la escuela. Esto nos sugiere que establecer una buena relación con nuestros hijos desde muy pronto puede terminar teniendo buenos resultados a largo plazo.
Los niños hacen tareas domésticas desde que son pequeños
La ex-decana de la Universidad de Stanford y escritora Julie Lythcott-Haims afirma que los niños mimados terminan convirtiéndose en adultos incapaces. Que alguien haga todas las tareas de casa significa que alguien lo está haciendo por ellos, lo que les hace sentir que no tienen una responsabilidad que sí tienen. Los padres y madres de niños exitosos los crían desde un enfoque práctico y los preparan para que terminen siendo independientes. De esta manera, que los niños aprendan que el trabajo tiene que hacerse y que hay que cooperar en casa para que haya un buen ambiente, termina siendo positivo para ellos porque aprenden a responsabilizarse y a trabajar en equipo.
Los padres tienen una relación sana
Según una investigación realizada en la Universidad de Illinois, los niños que crecen en familias conflictivas tienden a obtener peores resultados que los que tienen unos padres que se llevan bien. Incluso una familia monoparental no conflictiva es mejor para el niño que una familia conformada por dos padres que se llevan mal. Los conflictos que tengan los padres antes y después de separarse pueden afectar negativamente a los niños.
El efecto Pigmalión y las habilidades sociales
Según una encuesta realizada en EEUU, las expectativas que los padres depositan sobre sus hijos tienen un gran efecto sobre ellos. Cuando los padres quieren que sus hijos vayan a la Universidad, terminan guiándolos hacia esa meta, por mucho esfuerzo que esto les suponga. En este caso se aplica el efecto Pigmalión, ya que los niños cumplen con las expectativas de sus padres.
Por otro lado, según un estudio de la Universidad de Pensilvania y la de Duke, los padres que enseñan a sus hijos habilidades sociales desde la guardería tienen hijos con más éxito como adultos veinte años después. Los niños resolutivos y que entienden sus propias emociones y sentimientos tienen más probabilidades de tener un título universitario y trabajo en el futuro.
