La semana pasada, un cazador profesional llamado Ian Gibson, procedente de Zimbabue, fue pisoteado por un joven ejemplar de elefante, apodado «Toro», tras pasar 5 horas persiguiéndolo con intención de cazarlo para un cliente americano.
El cazador, de 55 años, que trabajaba con Chifuti Safaris, se acercó al animal para medir sus colmillos de marfil, mientras su cliente se tomaba un descanso. Cuando él y Robert, su rastreador, se encontraban entre 50 y 100 metros del elefante, el animal comenzó a enojarse, pues estaba en un estado al que los expertos conocen como “musth“.
La pérdida de una vida siempre es terrible. Pero en un mundo donde los elefantes (junto a otras especies como el rinoceronte, el tigre y otros animales exóticos) están siendo empujados hacia su extinción, por el mero placer de algunos «deportistas» como Gibson de llenar sus vitrinas de trofeos. No hay que alegrarse por noticias como esta, pero al menos utilicémoslas para concienciar de una situación que se permite, donde cualquiera con dinero puede quitarle la vida a un elefante.
Fuente: distractify
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 7:44 pm