China está más cerca de parecerse a la trama del primer episodio de la última temporada de Black Mirror que cualquier otro país. El gobierno chino, así como algunas de las empresas más importantes que ya lo están probando, pretende instaurar un programa que puntúa a los ciudadanos con un puntaje al que llaman «Social Credit System«.
Si bien es cierto que el método fue propuesto en 2014, no será obligatorio hasta 2020. Aunque habrá muchos parámetros a valorar, lo que ha causado más revuelo es que también se tenga en cuenta la opinión política.
Un sistema en el que, de no alcanzar una buena puntuación, podría conllevar a una privación de servicios tales como el tren de alta velocidad o el avión. De hecho, el gobierno Chino ya tiene una lista negra que incluye a 6,7 millones de ciudadanos.
Con este ejemplo, se pone de manifiesto el peligro que conlleva asignar una nota a los ciudadanos. Pero hay mucho más:
Esto último incluye las opiniones políticas, las cuales no podrán ser compartidas en las redes sociales o en un grupo familiar -aunque estas sean favorables- sin su permiso. De modo que al opinar sobre política los chinos se exponen a perder esos valiosos puntos.
Esto quiere decir que, dentro de las escasas redes sociales existentes en China -Alibaba y Tencent, básicamente-, si alguien de nuestro entorno de amigos expresa una opinión no autorizada, bajará automáticamente el puntaje de las personas con las que guarde relación. Sí, habéis leído bien. Con esto pretenden que aquellas personas «perturbadoras» reciban exclusión social o que desistan y dejen de compartir sus «molestas» opiniones.
Esto quiere decir que todos podremos consultar los puntos que tienen nuestros familiares y amigos. Esto condicionará muchas veces la relaciones entre la gente.
Esto son solo unos ejemplos, pero habrá muchas más recompensas o, mejor dicho, penalizaciones por no haber logrado alcanzar los puntos necesarios.
Curiosamente, bajar de los 350 puntos también está muy valorado en círculos más progresistas, pues se ve como un modo de desafiar al sistema, aunque para ello tengan que sacrificar algunas de estas «ventajas».
En España, por ejemplo, se han implantado puntajes de este tipo para el carnet de conducir, con el que me atrevería a decir que no nos va nada mal, o para la asignación de becas o la concesión de plazas libres para interinos. Pero lo que tienen pensado implantar en China se sale de todo lo visto hasta ahora. ¿Tú qué opinas?
Este artículo fue modificado el 7 enero, 2019 5:16 pm