Según el estudio realizado por la Universidad de Misuri, las plantas son capaces de sentir que están siendo comidas y actuar en consecuencia.
Al parecer, las vibraciones producidas por la masticación de insectos son recogidas por la hoja, desencadenando una reacción de defensa en la planta
Shutterstock
El estudio sugiere además que el crecimiento de la planta responde, también al viento y el tacto, pero de forma diferente.
En el estudio, se colocaron orugas sobre plántulas de col y mostaza, junto a un láser y una pequeña pieza reflectante, con la que los investigadores fueron capaces de medir la vibración y su característico patrón
En una segunda fase, los investigadores imitaron la vibración de la oruga sobre un grupo de plantas, mientras que un segundo grupo permanece en crecimiento en completo silencio
Shutterstock
Tras un análisis químico se descubre que las plantas expuestas a las vibraciones han comenzado a fabricar compuestos defensivos para hacer frente a la amenaza
Shutterstock
Curiosamente, las vibraciones producidas por el viento o el tacto, a pesar de ser igualmente transmitidas, no desencadenan respuesta de autodefensa, lo que hace pensar que la planta es capaz de distinguirlas
Shutterstock
«Existen otros trabajos sobre la influencia del sonido en las plantas», dice la Dr. Appel, «pero nuestro trabajo es el primer ejemplo de como las plantas responden a las vibraciones ecológicamente pertinentes. Comprobando que las vibraciones producen cambios en el metabolismo celular d ella planta, creando productos químicos defensivos que pueden repeler los ataques de orugas «.
Según los investigadores, las plantas poseen varios mecanismos para detectar el ataque de las plagas
Shutterstock
Siendo la capacidad de respuesta a las vibraciones producidas por la masticación, una de las más rápidas
Shutterstock
La respuesta causal entre la vibración y la fabricación de químicos de autodefensa no deja lugar a dudas, son capaces de sentir esas vibraciones
«Este estudio muestra que las plantas tienen las mismas respuestas a las influencias externas que los animales, a pesar de que por su fisonomía, las respuestas se vean diferentes»
Ahora solo queda una pregunta importante: ¿debo preocuparme por mi ensalada? Desde luego que no… solo es una respuesta de supervivencia gracias a la selección natural y millones de años de evolución, aunque como siempre, habrá quien interprete una lectura distinta del estudio…
Shutterstock
Fuente: munews.missouri.edu
