Claves para elegir un buen vino y parecer un experto

Publicado 21 febrero, 2020 por Alberto Díaz - Pinto
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Elegir un vino puede que parezca fácil al principio, pero todos sabemos, sin ser enólogos ni sumillers, que no es tan sencillo. Después de todo, existe un universo de marcas y variedades de uvas que se producen en diferentes países y en diferentes años.

Por ello, hoy vamos a intentar arrojar algo de luz sobre este tema, así como daros unas cuantas claves que debéis tener muy en cuenta si queréis escoger un buen vino. Lógicamente habrá que adaptarse los gustos de cada uno, así como el momento para el que estará destinado el vino.

También ahora, gracias al comercio on line, es mucho más accesible obtener todo tipo de vinos de cualquier rincón del mundo. Puedes incluso regalar cajas de vino de todo tipo en cualquier ocasión especial y  siempre quedarás bien. Ahora, quien no tiene un buen vino es porque no quiere.

Pero antes de contaros en qué os tenéis que fijar a la hora de escoger un vino, veamos cuántos tipos existen. Comencemos:

Qué tipos de vinos existen

España es, por excelencia, uno de mayores productores de vino del mundo. De hecho, podemos presumir de la elaboración de vinos en todas las provincias, por lo que la amplia variedad de caldos es más que notoria. Veamos algunos de ellos:

Según el color

Tinto

Se suelen elaborar con los hollejos y el mosto de las uvas conjuntamente. El contacto de pieles, semillas y raspones aporta al vino la cantidad de antocianos y taninos que darán la estructura al vino.

Blanco

Se elabora con ausencia de hollejos, solo se fermenta el mosto, normalmente a temperatura controlada. Se puede elaborar con uvas blancas y, en algunos lugares, con variedades tintas.

Rosado

Se fermenta al igual que el blanco, solo con el mosto, pero tiene una maceración inicial de varias horas, hasta alcanzar el color deseado por el enólogo.

Clarete

Un vino especial que se elabora con pieles de uva tinta y mosto de uva blanca, de muy buena calidad en varias zonas de nuestra geografía.

Según la crianza, en botella o barrica

Veamos ahora la posible clasificación de los vinos por menciones relativas a la crianza en barrica o botella. Estas menciones solo pueden ser aplicadas a vinos de Denominación de Origen (DO) y Pagos y Vinos de la Tierra (IGP), según sea su período de envejecimiento:

Noble

Estancia mínima de 18 meses de crianza, en recipiente de madera de roble de 600 l. de capacidad máxima. Este tiempo de crianza se puede hacer solo en roble o alternado en botella.

Añejo

Mínimo 24 meses de crianza en recipiente de madera de roble de 600 l. de capacidad máxima. Al igual que los nobles, este tiempo de crianza se puede hacer solo en roble o combinado con estancia en botella.

Viejo

Vino sometido a un período mínimo de 36 meses, carácter claramente oxidativo por la acción de la luz, del oxígeno, del calor o del conjunto de estos factores.

Tintos

  • Crianza: Período de envejecimiento total de 24 meses, siendo el tiempo mínimo en barrica de roble de 6 meses.
  • Reserva: Período de envejecimiento total de 36 meses, siendo el tiempo mínimo en barrica de roble de 12 meses.
  • Gran Reserva: Período de envejecimiento total de 60 meses, siendo el tiempo mínimo en barrica de roble de 18 meses.

Blancos y rosados

  • Crianza: Período de envejecimiento total de 18 meses, siendo el tiempo mínimo en barrica de roble de 6 meses.
  • Reserva: Período de envejecimiento total de 24 meses, siendo el tiempo mínimo en barrica de roble de 6 meses.
  • Gran Reserva: Período de envejecimiento total de 48 meses, siendo el tiempo mínimo en barrica de roble de 6 meses.

Según el contenido de azúcar

Seco

Cuando el azúcar residual del vino no sobrepasa los 4 gramos por litro (g/l). Si está equilibrado con un nivel de acidez adecuado, hasta 9 g/l.

Semiseco

Cuando el azúcar residual del vino no sobrepasa los 12 gr. por litro. Si está equilibrado con un nivel de acidez adecuado, hasta 18 g/l.

Semidulce

Cuando el azúcar residual en el vino está entre 12 y 45 g/l.

Dulce

Cuando el azúcar residual en el vino está por encima de 45 g/l.

Según el contenido de gas carbónico

Se puede diferenciar un vino por la cantidad de gas carbónico (burbujas) que tiene la botella. En esta clasificación no se incluyen los espumosos.

Tranquilo

Cuando la cantidad de carbónico es residual y las burbujas son imperceptibles.

Aguja

Aquellos vino que, por su origen o por su elaboración, conservan una parte del gas carbónico procedente de la fermentación de azúcares propios o añadidos. Este gas carbónico se desprende en forma de burbujas, sin llegar a producir espuma.

Espumoso

Se caracterizan por su larga crianza y una segunda fermentación en botella, que les confiere ese alto contenido en carbónico. En España, el Cava es el espumoso por antonomasia.

Gasificado

Vino espumoso en cuyo caso el gas carbónico no procede de la fermentación, sino por su adición posterior de manera industrial. Como, por ejemplo, el Lambrusco.

Consejos para elegir un buen vino

Ahora que ya tenemos más o menos claro qué tipos de vino existen, llega el momento de tomar la decisión. Así pues, cuando estéis en el stand de vinos del supermercado o en la vinacoteca, esto es en lo que debéis fijaros para elegir un buen vino que se ajuste a vuestras preferencias:

El color

El maridaje entre el vino y la comida es el proceso de casar, metafóricamente, un alimento con un vino para realzar el placer de de consumirlos. Es por ello que hay que tener muy en cuenta con qué se va acompañar un vino. Por ejemplo, en el caso de ensaladas, pescado o marisco, así como otras comidas ligeras, combina mejor un blanco. Por el contrario, para las comidas más pesadas, como carnes o guisos, conviene más un tinto, ya que tiene más cuerpo.

Otro factor a tener en cuenta es el clima. En los días más calurosos es más recomendable un vino fresco, por ello los espumosos, blancos o rosados suelen ser muy buena elección.

Mira la etiqueta

Con qué uva está elaborado el vino, su añada, etc. son datos que nos ayudarán a conocer un poco mejor el caldo. Especificaciones que, inevitablemente, dejarán de sonarnos a chino a base de ir probando unos y otros. Poco a poco iremos aprendiendo a identificar cada nombre con diferentes texturas y sabores. Así pues, no es igual un vino blanco elaborado con Chardonnay que con Verdejo. Del mismo modo que no es lo mismo un tinto de la variedad Tempranillo, que un Cabernet Sauvignon.

Buscad etiquetas de organismos reguladores (DOC, DOCA, DOCG, DO, AC), pues todos estos vinos se someten a controles que certifican un nivel óptimo de calidad.

Ojo con la región

Intentad buscar vinos de países cálidos y secos, pues suelen tener mejor aroma y sabor.

El corcho

Si el corcho es largo, indica que el vino mejorará con la edad, pues está diseñado para mantenerse durante largo tiempo. Además, mantendrá a raya a las bacterias que puedan estropearlo.

Investiga la cosecha

Si se sabe el año de producción, se pueden investigar las condiciones climatológicas de dicha región en ese año. Siempre interesa que hayan sido producidos después de un verano largo y caluroso. Si, por el contrario, el verano comenzó muy pronto y tuvieron un invierno particularmente frío, es muy probable que los viñedos sufrieran.

El varietal

Esto se refiere a los vinos elaborados con una única variedad de uva o con, al menos, el 80% de una misma cepa. Por el contrario, los vinos de corte son los que se elaboran con dos o más tipos de uva.

¿Joven, Crianza, Reserva o Gran Reserva?

Un vino joven es aquel que se embotella justo después de su fermentación, y suelen ser más frescos y afrutados; algunos con un ligero toque de acidez.

Por el contrario, entre los vinos que han pasado por un proceso de maduración en barrica antes de su embotellamiento encontramos: los Crianza, Reserva y Gran Reserva. Estos suelen tener más fuerza, mucho aroma y están más estructurados.

¿Dulce o seco?

Esto dependerá del nivel de azúcar residual que contenga el vino. Cuanto más seco, menos azúcar tendrá. Los hay secos, semisecos, semidulces y dulces. Solo tenéis que elegir el que más vaya con vosotros, pero si es vuestra primera elección lo mejor es coger un vino intermedio. Después habrá tiempo para probar el resto.

El precio

Contrariamente a lo que se piensa, no debemos dejarnos influenciar por el precio de un vino. Que un vino sea más barato que otro no implica necesariamente que esté peor. Por ello, lo mejor es saber cuál es más o menos nuestro presupuesto y adaptarnos a él. Por suerte, en España contamos con una gran variedad de vinos a un precio bastante competitivo.

Pregunta a los expertos

Si pensáis que vuestras nociones sobre vinos aún son insuficientes, no dudéis en consultar a un experto en el punto de venta, pues para eso están. Ante la duda, ellos sabrán guiaros al exponer vuestras preferencias.

Un buen vino para cada ocasión

Del mismo modo que regalar un perfume o una joya es algo muy personal, con el vino ocurre exactamente lo mismo.

Si estáis pensando en usar un vino especial para una cena romántica, lo más recomendable es que este sea un guiño a algún momento vivido con la otra persona.

Si, por ejemplo, el evento es una comida formal con la familia de vuestra pareja, lo más recomendable, si se desconocen los gustos de los comensales, es que busquéis algo de calidad y raro, siempre con la intención de sorprender. Ellos valorarán el gesto y estarán más predispuestos a la aceptación.

El día de la jubilación de un ser querido también es una ocasión idónea para regalar un buen vino. Debe de tratarse de algo complejo, un vino que invite a buscar, averiguar o reflexionar. Por tanto, quedan descartados los vinos jóvenes, debiendo ceñirnos a un blanco con estructura o tinto crianza o reserva.

Sea como fuere, cualquier ocasión es buena para alzar una copa de vino al cielo, pero estoy convencido de que la próxima vez lo haréis con mucho más criterio.

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