Cómo limpiar las huellas de tus sandalias para que parezcan nuevas

Publicado 30 julio, 2019 por Mike
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El verano es una época que requiere de algunos artículos de ropa y calzado imprescindibles. Ya sea para acudir a la piscina, protegernos del sol o evitar el implacable calor de la época estival, los clásicos como las gafas de sol o los pantalones cortos son una necesidad en estos meses de sol.

Pero ¿que hay de nuestros pies?. Las sandalias son la elección mayoritaria para estar cómodos y frescos, pero con ellas llega un problema que nos afecta a todos. A no ser que compremos un par de sandalias cada año (y no es extraño para algunas personas), nuestras sandalias tendrán esas marcas características que todos conocemos. Hablamos de las huellas con la forma de nuestro pie, causadas por el uso y el sudor habitual de esta estación.

Ahora bien, hay soluciones más allá de sustituir nuestras viejas sandalias, y son más eficaces de lo que creemos. Aquí te ofrecemos unas cuantas que puedes probar de manera fácil y sencilla, y que te permitirán salvar tus sandalias favoritas sin esfuerzo.

4 trucos para limpiar tus sandalias

1.El bicarbonato

El bicarbonato ha probado ser útil para labores de limpieza en numerosas ocasiones, y en el caso de nuestras sandalias no iba a ser menos. Además de excelentes cualidades para limpiar un gran numero de materiales, el bicarbonato tiene el beneficio añadido de blanquearlos, por lo que si nuestras sandalias oscurecen debido al sudor y el uso este será uno de los métodos de limpiado más adecuados.

El bicarbonato funciona especialmente bien en sandalias de goma, y no es en absoluto complicado de usar.

Lo primero que tenemos que hacer es lavar la sandalia con agua caliente. Un remojado el el fregadero será más que suficiente.

Después usaremos el bicarbonato, espolvoreándolo sobre la suela y dejándolo actuar durante cinco minutos aproximadamente (aunque es mejor dejarlo actuar más tiempo que quedarnos cortos). Una vez el bicarbonato haya hecho su efecto, lo retiraremos frotándolo con un cepillo de dientes viejo que ya no vayamos a usar, y ¡voila!. Es recomendable usar este tratamiento también en las suelas.

El bicarbonato también tiene la ventaja añadida de librarse de los malos olores, pero si nuestras sandalias conservan algún olor desagradable podemos solucionarlo de una manera similar. Tan solo tenemos que mezclar el bicarbonato con un poco de agua salada hasta hacer una pasta. Una vez mezclado, usaremos esta pasta y el cepillo de dientes en el mismo procedimiento que hemos explicado antes, librando a nuestras sandalias de cualquier olor no deseado.

Aquí puedes ver cómo han quedado las sandalias de la foto anterior tras este tratamiento.

2. La lavadora.

La lavadora es otra opción que rara vez nos planteamos, aunque tiene todo el sentido del mundo. Si la usamos para cualquier otro artículo de ropa o calzado ¿por qué no para nuestras sandalias?.

Tan solo necesitamos saber como usarla, y es que el mejor programa para lavar las sandalias es el programa para ropa delicada, con agua fría y tan solo una pizca de detergente. Si además añadimos un poco de vinagre a la lavadora podremos librarnos de los malos olores que nuestras sandalias hayan adquirido con el uso.

Algunas sandalias no responden tan bien a este método como a otros pero siempre podemos realizar el tratamiento con bicarbonato tras usar este. Otra precaución a tener en cuenta es que si nuestras sandalias tienen empedrado u otros adornos pegados a ellas, la lavadora puede ser una opción terrible y dejar a nuestras sandalias desprovistas de todos esos adornos tras el bamboleo del tambor.

3. Sandalias de gamuza.

Las sandalias de gamuza cuentan con un truco específico que podemos usar, y que se sale ligeramente de los trucos habituales.

Puede que no nos creas al principio, pero la mejor solución es el papel de lija. Aunque suene poco ortodoxo, confía en nosotros y pruébalo. Los resultados son inmediatos y te convencerás enseguida de lo que este artículo de bricolaje puede hacer por nuestras sandalias.

4. Sandalias de cuero.

El cuero es un material complicado y requiere su propia sección en este artículo. Lo primero que necesitamos saber es si nuestras sandalias son de cuero tratado.

Para ello, basta con dejar caer una gota de agua sobre el cuero: Si resbala, es cuero tratado. Podemos usar el truco del bicarbonato para limpiar el cuero, pero si es cuero tratado hemos de retirarlo con un trapo empapado en agua con vinagre, lo que hará maravillas con el material. Otra precaución que hemos de tener cuando se trata del cuero, es que el bicarbonato necesitará un día entero para hacer su magia antes de que lo retiremos.

Si usamos el truco del bicarbonato, hemos de usar una bola de papel de periódico para que absorba la humedad antes de ponernos las sandalias. Será suficiente con dejarla más de diez minutos antes de ponérnoslas, y esto evitará que los malos olores se adhieran a nuestras sandalias.

El betún, o el aceite para sillas (algo mas complicado de conseguir, pero podemos pedirlo online) son otros de los productos que nos pueden ayudar en el cuidado de nuestras sandalias de cuero. El aceite para sillas en particular es perfecto para ello.

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