Frank Jacobs de Big Think ha realizado un interesante ejercicio de ordenación mundial otorgando el área de los países más grandes a las poblaciones más numerosas. El resultado es un mapa tan fascinante como desconcertante.
Un cambio que no solo entregaría algo de espacio vital a su masificada población, sino que otorgaría a China una ansiada salida al Mediterráneo, lo que sin duda facilitaría el transporte de mercancías y la convertiría inmediatamente en primera potencia mundial.
EE.UU permanecería curiosamente en su territorio, ya que es el tercer país por extension y también por número de habitantes.
Dejaríamos de tener dos vecinos -Francia y Portugal- para gozar de una nueva y numerosa comunidad lindando con los territorios de Guinea Bissau, Papua Nueva Guinea, Japón, República Dominicana, Ghana y Venezuela. Tal vez así lográramos ganar al fin Eurovision o como quisiese que se llamase el concurso después de la reorganización mundial. Aunque tal vez este argumento no baste para mudarnos.
Este artículo fue modificado el 7 enero, 2019 5:19 pm