De no ser por una maldición, una bruja que las envidiaba hasta el extremo o una desgracia inevitable que las dejó huérfanas a temprana edad, podríamos decir que las princesas Disney tienen una suerte increíble.
Si ser extremadamente bellas no fuera suficiente, para colmo todas cantan tan increíblemente bien que consiguen enamorar al príncipe de turno con sólo hacer un par de gorgoritos y posar sus ojazos de cordero degollado sobre él.
Asúmelo, no son mujeres normales, son tan fantásticamente perfectas que nunca se verán feas u ojerosas y jamás parecerán desaliñadas. Da igual si pasaron la noche fregando escaleras, huyendo por el bosque o un vendaval azota sus cabezas, nunca se verán despeinadas, debe ser cosa de princesas.
Cansada de tanta perfección, Loryn Branz, la ilustradora de Buzzfeed que nos hizo reflexionar sobre las diminutas cinturas de las princesas Disney, ha decidido mostrarnos cómo sería la belleza de las princesas si su cabello se comportase de una manera realista.
Ariel luce preciosa cuando emerge del agua para observar al príncipe Erick, pero su pelo debería verse empapado.
Cuando Bella reflexiona y canta sobre su vida, su cabello debería moverse con el viento que sopla en la pradera.
Cenicienta está perfecta incluso recién levantada de la cama, sin embargo tú eres incapaz de domar tu pelo por la mañana.
Los japoneses son famosos por su pelo liso, pero no son inmunes a la electricidad estática.
A juzgar por el color de sus cejas, Elsa no parece ser rubia natural, por lo que su cabello acabaría teniendo unas antiestéticas raíces oscuras.
¿Conseguiría la princesa Jasmine enamorar a Aladdin si su pelo tuviera un volumen natural?
Y Blancanieves, ¿sería capaz de mantener su peinado perfecto con la humedad que hay en el bosque?
No entiendo como el fuerte viento del nuevo mundo no despeina jamás a la preciosa princesa Pocahontas.
Fuente: BoredPanda
