¿Quién no ha soñado alguna vez con tener un castillo propio? No es precisamente un deseo fácil (ni barato) de cumplir, pero soñar es gratis y puestos a soñar, qué mejor que hacerlo a lo grande.
Algo así debía pensar el francés Michael Guyot, cuyo sueño de la infancia era poseer una de estas míticas construcciones. Junto con su hermano Jacques, ambos consiguieron ahorrar un dinero con el que compraron el Castillo de Saint-Fargeau, en la localidad francesa de Treigny. Con la firme intención de restaurarlo, no se imaginaban que su aventura no había hecho más que comenzar.
Tras descubrir que la construcción original había sido destruida en el siglo XIII y posteriormente reconstruida, los hermanos decidieron construir su propio castillo desde cero, utilizando las técnicas, métodos y herramientas propias del siglo XIII. Los materiales de construcción se obtuvieron en las inmediaciones de la zona, y todas las piedras fueron talladas a mano tal y como se hacía hace 800 años.
Bautizada como Castillo de Guédelón, los Guyot comenzaron la construcción en 1997. Desde entonces han contado con la ayuda de diversos arqueólogos, historiadores, voluntarios y arquitectos para poder sacar adelante el proyecto. Actualmente trabajan en él unas 50 personas que viven, visten y reflejan, lo más fielmente posible, la vida de la Edad Media.
Se estima que finalizarán la construcción en 2020. Mientras tanto, se puede visitar el complejo y disfrutar de otros servicios como talleres y estancias destinadas a estudiantes.
A continuación os dejamos con unas fotografías en las que podréis ver a algunos colaboradores del proyecto en su día a día, mientras construyen el castillo sin herramientas modernas.
Fuente: Great Big Story, Web Guédelon, artículo por La Voz del Muro