La intimidad es, probablemente, uno de los mayores tesoros propios en nuestra vida. Por ello, vemos bien que esté tan protegida por la ley, aunque está claro que no siempre las cosas salen como cabía esperar…
En el caso que os mostraremos hoy, el propietario de un chalet vio cómo, de la noche a la mañana, una constructora levantó un edificio de viviendas de cuatro plantas pegado a su patio privado. No solo no le notificaron de dicha construcción, sino que vio cómo su privacidad se iba al garete.
Y es que situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, ¿verdad? Y, desde luego, este hombre no iba a dejar que nadie invadiera su intimidad. Así pues, en cuanto la nueva edificación estuvo terminada, levantó una vaya opaca de varios metros de altura y ¡problema resuelto!