El coronavirus comenzó a afectar a Europa y Estados Unidos de manera notable durante el pasado mes de marzo. A mediados de mes comenzó a circular también una publicación en Facebook que decía: «¿Quién enfermó en noviembre y diciembre durante 10-14 días, y tuvo una tos terrible que no se iba? Si puedes responder que tú sí, entonces probablemente tenías coronavirus. No había test y el test de la gripe pudo haber dado negativo de todas maneras. Le llamaban infección severa de las vías respiratorias superiores.»
Muchas personas comenzaron a especular en las redes sociales sobre que el resfriado que sufrieron a principios del invierno fue realmente coronavirus. La futbolista estadounidense Carli Lloyd fue una de ellas. El pasado 20 de marzo tuiteó: «Creo que mi marido y yo tuvimos el coronavirus a mediados de febrero. Una enfermedad que no habíamos sentido.»
Beginning to think my husband and I had the Coronavirus back in mid February. A sickness we have never felt before.
— Carli Lloyd (@CarliLloyd) March 20, 2020
¿Es posible haber tenido Covid-19 en noviembre, diciembre o enero, y no haberse dado cuenta?
Es una pregunta complicada de responder, sobre todo porque el conocimiento que tenemos del virus está en constante evolución. Autodiagnosticarse en base a los síntomas puede llevar a un error, sobre todo en el caso de una enfermedad como el coronavirus, que todavía se está estudiando.
Generalmente, asociamos el Covid-19 con tos seca y fiebre alta, aunque la gravedad de los síntomas puede variar. Muchas personas son asintomáticas, otras tienen que descansar en la cama durante varios días, otras necesitan cuidados hospitalarios y algunas personas, desgraciadamente, fallecen. Al variar tanto la gravedad de los síntomas, es fácil pensar que se padece coronavirus, pero puede tratarse de otra enfermedad respiratoria.
La única manera de saber que se ha padecido coronavirus es realizarse una prueba de anticuerpos, que busca anticuerpos en la sangre que indiquen que el cuerpo ha combatido con el virus SARS-CoV-2.
En Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han comenzado a implementar pruebas de anticuerpos para obtener un recuento preciso de los casos de coronavirus no detectados, aunque el foco está puesto en tratar los puntos críticos de alto riesgo para el país.
¿Llegó el coronavirus a EEUU antes de lo que pensamos?
Los investigadores han revelado, tras observar bancos de datos y genomas microscópicos, que es posible que haya habido casos de coronavirus no diagnosticados antes de las fechas oficiales.
El primer caso confirmado de coronavirus se reportó el 1 de diciembre de 2019, en Wuhan (China). También aparecieron informes no verificados indicando que la primera infección ocurrió en noviembre. El primer caso confirmado de Covid-19 en Estados Unidos se dio el 20 de enero, en un hombre que acababa de regresar de Wuhan.
El 26 de febrero se confirmó el primer caso en una persona que no había viajado. Tras estudiar el genoma del SARS-CoV-2, los científicos concluyeron que el virus comenzó a circular por Nueva York a mediados de febrero, traído por viajeros de Europa.
Había sospechas de un aumento brusco de enfermedades respiratorias en este invierno, que indicaba que podrían ser casos de Covid-19 durante el año nuevo en EEUU. En cambio, los informes concluyeron que no hubo un aumento significativo en las enfermedades respiratorias en comparación con otros años.
No es imposible que una persona hubiera tenido coronavirus a finales de 2019 en Estados Unidos. Aún así, lo más probable es que no fuera coronavirus, salvo que la persona hubiera estado viajando hacia y desde China central en ese momento. Las posibilidades son más altas a partir de enero y febrero.
Infectado o no, ten cuidado
A pesar de las sospechas de haber tenido coronavirus a principios del invierno y no haber sido diagnosticado, hay que mantenerse vigilante. Pensar que se está a salvo de la infección por no notar síntomas actualmente o por haber estado enfermo anteriormente es un error. No hay que relajarse con las medidas de distanciamiento social. Eso supone un riesgo tanto para uno mismo como para los demás, sobre todo para los más vulnerables.
