El número real de contagios por coronavirus es mucho mayor que el registrado oficialmente. Esto se debe a que, durante los meses del confinamiento fueron muchos los que padecieron en soledad fiebres terribles y neumonías sin poder salir y acceder a las pruebas serológicas. Un ejemplo es el de Silvia Barbagallo, una italiana que, al parecer, había sido infectada por el virus desde diciembre, pero que no lo descubrió hasta hace poco.
El 24 de diciembre, cuando la joven recién había llegado de un viaje por África con su hijo, según explican en La Repubblica, empezó a tener una fiebre muy fuerte, incluso empezó a tener los primero síntomas de la neumonía. La trataron con paracetamol y cortisona y por suerte, en poco tiempo volvió a estar del todo bien.
El médico de Barbagallo le comentó que acababa de pasar por una especie de gripe muy violenta; nadie mencionaba aun el nombre de coronavirus porque era diciembre y a Italia no había llegado la pandemia supuestamente. En los últimos días de enero la joven volvió a su vida normal y a sus continuados viajes a la ciudad de Milán por trabajo. Unas semanas después el Covid-19 llega a su país y el Gobierno aplicó el restrictivo confinamiento.
Infectada y sin saberlo
Hace poco su hijo comenzó con una fiebre muy alta y síntomas parecidos a los provocados por la enfermedad. Fue entonces cuando Silvia se sometió al primer test y comprobó que sí era portadora del coronavirus. Considera que los malestares que tuvo en diciembre fueron producidos por el virus y que no se infectó en uno de sus traslados a Milán, sino en el vuelo a África. Un viaje en el que iban docenas de familias chinas que ahora viven allí.
Lo que Barbagallo quiere testificar principalmente es que los contagios del coronavirus en Italia han sido mucho más numerosos que los expuestos por las estadísticas oficiales. Según la joven los datos expedidos durante dos meses no son confiables.
Si los casos como el suyo estuviesen registrados, descubrirían que el virus ya circulaba por el país mucho antes de las supuestas primeras personas contagiadas. Además de que el número real de contagios es mucho mayor que el calculado hasta la fecha.
La joven contó su historia en Facebook e intervinieron decenas de personas cuyas situaciones fueron similares. Quién sabe cuántas personas existen que, al igual que nuestra protagonista, no entraron ni entrarán en ninguna estadística.
