Aunque pudiéramos opinar lo contrario -no hay mas que echar un vistazo a la clase política que nos gobierna y los lujos que les rodean- ser buena persona tiene muchas más ventajas que no serlo. Y aunque es algo que no depende únicamente de nuestra personalidad, sino también de las elecciones que tomemos, las malas personas pueden aprender a ser buenas personas y las buenas personas pueden corromperse fácilmente, aunque es más fácil y habitual esta última opción…
Indistintamente de qué sea más probable o no, comportarse bien con los demás genera una posición de ventaja junto al que no lo hace. En el siguiente experimento se ponen buenos ejemplos de ello y de cómo se aplica esto a la vida. Así que si eras de esos que cansado de que lo pisotearan dijo eso de «se acabó, ahora el que va a pisotear soy yo», quizás deberías echar un vistazo al siguiente vídeo y tomarte la vida con otra filosofía.
Original: ASAPScience