Rocamadour es un pueblecito francés situado en la provincia de Lot en Midi-Pyrénées a unos 110 km al norte de la ciudad de Montauban.
Sus casas, excavadas en la piedra, ofrecen unas vistas sin igual del entorno y del río Alzou.
La iglesia de Notre Dame se encuentra, directamente, incrustada en las paredes del acantilado.
Su aspecto de ensueño es uno de sus muchos atractivos. Da la sensación de que sus edificios están pegados a la roca, colgando desde acantilados de hasta 120 metros. Nada más lejos de la realidad ya que sus construcciones están, literalmente, incrustadas en la roca.
Apenas llega a los 700 habitantes.
La Maison de la Pommette (en la foto) es una antigua casa de comerciantes que data su construcción en el siglo XIII.
Es bastante difícil perderse en su única calle central. No obstante recorrerla hasta llegar a las siete capillas en las que desemboca es toda una delicia para la vista.
Un poco de niebla solo consigue aumentar el misticismo y la belleza de esta localidad.
Vistas como esta es lo habitual en Rocamadour.
Uno de los puntos que despiertan mayor interés en los turistas que visitan Rocamadour es la roca donde está incrustada la espada Durandal, que según dice la leyenda, fue la mítica espada de Roldán.
La porte du Figuier es el principal acceso al pueblo y da la bienvenida a todo aquel que se acerque hasta la aldea.
Desde 1996 existe un queso con denominación de origen de Rocamadour. Su principal ingrediente es leche de cabra, y lo convierte en una delicia que no puedes dejar de probar si vas a dar una vuelta por el pueblo. La receta de este queso lleva siendo pasada de padres a hijos desde hace generaciones, pero no ha sido hasta que se le dio la denominación de origen cuando se ha reconocido su fuerte sabor.
Miles de turistas visitan todo el años sus calles medievales, por suerte, todavía no se ha convertido en un lugar masificado y puedes disfrutar de un tranquilo paseo por sus silenciosas calles.
Todo el pueblo está construido aprovechando la orografía del terreno, así estaban protegidos en caso de ataque.
El castillo de Rocamadour es, posiblemente, la gran atracción de este pueblo. Tiene una terraza desde donde obtendrás unas vistas espectaculares de todo el entorno, sus iglesias y sus escasas calles.
Hasta los pomos de las puertas tienen un aspecto místico.
La iglesia de Notre Dame es el centro de Rocamadour, todo el pueblo se ha desarrollado en torno a ella. Para llegar existe una escalinata con 216 peldaños por la cual ascendían los peregrinos de rodillas. Una vez dentro podrás ver que es un lugar tranquilo y oscuro, donde se encuentra una estatua de la Virgen Negra, que es como llaman a Santa María de Rocamadour.
Con un población que apenas llega a los 700 residentes, Rocamadour es una ciudad orientada al turismo y podrás encontrar multitud de tiendas de souvenirs en sus calles, eso si, ninguna de ellas rompe la estética de ensueño del pueblo.
La entrada fortificada da una idea del tipo de arquitectura que nos vamos a encontrar aquí.
Rocamadour es casi tan bonito de día como de noche, donde su iluminación dota de un ambiente totalmente misterioso a sus edificios.
¿Qué os ha parecido el pueblo? Si algo es innegable es que tiene un atractivo medieval impresionante. Con dar un paseo por su calle central nos transportaremos a un mundo de caballeros y princesas casi sin darnos cuenta.
Fuente: 101 lugares increíbles, Wikipedia, MiNube
