El sulfato de magnesio, comúnmente conocido como sal de Epsom, lleva utilizándose desde hace siglos, ya que posee un sinfín de propiedades de las que podemos beneficiarnos en campos como la jardinería, la limpieza del hogar y la salud.
Echa un vistazo a todos los usos y compártelos con todos tus contactos, pues seguro que te estarán muy agradecidos:
Una de las formas más beneficiosas de utilizar las sales de Epsom es dándonos un baño con ellas. De esta forma, nuestro cuerpo absorberá los nutrientes y minerales a través del agua, y estos nos ayudarán a aliviar los dolores musculares y a relajarnos. Además, este baño también es idóneo para exfoliar y tonificar la piel.
Sumerge la parte con la astilla clavada en agua con sal de Epsom para una extracción más fácil. El sulfato de magnesio incrementará la presión osmótica en la piel, que nos ayudará a extraer los cuerpos extraños de nuestro cuerpo.
De acuerdo con el Dr. Oz, «las sales de Epsom mezcladas con tu acondicionador habitual ayudarán a absorber el exceso de grasa en el cabello. Deja actuar durante 20 minutos y después acláralo normalmente».
Un baño de sales de Epsom puede promover la desintoxicación a través de la piel, pero también ayuda a aliviar el dolor y la rigidez muscular.
Una taza de sales Epsom en tu bañera bastarán para aliviar el dolor. Sumerge varias veces la cabeza dentro del agua y empezarás a notar los resultados.
De acuerdo con el Dr. Oz, basta con disolver un par de cucharadas de sulfato de magnesio en una taza de agua y aplicar la mezcla, con ayuda de un pulverizador, sobre las quemaduras menores. «La naturaleza antiinflamatoria de estas sales os proporcionará un alivio inmediato».
Si estás utilizando un exfoliante, prueba a añadir un par de cucharadas de sales a la mezcla. Si no, puedes utilizar esta receta.
Cuando se trata de picores menores, disuelve 2 cucharadas de sales Epsom en una taza de agua y aplica la mezcla en la zona con picazón.
Estas sales tienen la capacidad de relajarnos y, por tanto, calmarnos para disfrutar de un sueño más profundo y placentero. Si no duermes como es debido, un baño de sales Epsom antes de dormir es una solución fantástica.
La adición de agua con sales de Epsom al suelo hará que el fruto sea mucho más dulce debido a que aumentará los niveles de magnesio del mismo. Cada dos semanas, mezcla una cucharada de sal en 3 litros de agua y riega la planta con esta solución.
Cuando salen, los pimientos resultan ser una pesada carga para la mata, por lo que una dosis extra de magnesio no le vendrá nada mal. Así aguantarán mejor el peso, además de aumentar la cantidad de pimientos. Una vez por semana, esparce una cucharada de sal de Epsom sobre la tierra alrededor de la planta por cada 2,5 cm de altura que tenga la planta.
Si usas sal de Epsom como fertilizante, tus plantas recibirán más nutrientes para crecer y vivir. Después de todo, el magnesio favorece la absorción de los nutrientes básicos que necesitan las plantas, tales como nitrógeno, fósforo o azufre.
La sal de Epsom fomenta la producción de clorofila que, a su vez, favorecerá el crecimiento de tus rosales. Coloca una cucharada de sal de Epsom en la tierra cuando estés sembrando las semillas, cuando comiencen a nacer las rosas y cuando hayan florecido. ¡Tus rosas serán la envidia de todos tus vecinos!
Un problema bastante común, sobre todo en los meses más calurosos del año. Si quieres evitar que tu césped amarillee, llena una mochila de pulverización, utilizando 1,3 kg de sal por cada 110 metros cuadrados. Calcula el tamaño de zona de césped y haz una sencilla regla de tres.
Las sales de Epsom te ayudarán a eliminar la humedad que pueda quedar aún dentro del tronco. Este proceso de secado hará más fácil su extracción.
El uso de sal de Epsom antes de la siembra dará a vuestro jardín un importante impulso desde el principio. Aporta el magnesio tan beneficioso del que ya hemos hablado y además fortalece las paredes celulares de la planta. Para unos mejores resultados, incorpora 1 taza de sal de Epsom por cada 30 metros cuadrados de suelo cultivado, o mezcla 1 o 2 cucharadas en el suelo, en la parte inferior de cada agujero antes de dejar caer las semillas.
La deformación de las hojas es el típico síntoma de la deficiencia de magnesio. Añade la sal de Epsom a la tierra, alrededor de la base de la planta enferma. Alternativamente, para una absorción más rápida, se pueden mezclar dos cucharadas de sal de Epsom en 3,5 litros de agua y aplicar directamente sobre las hojas con un pulverizador.
Vía: wimp, traducción y adaptación elaborada por La Voz del Muro.