Arqueólogos e historiadores han estado intrigados por el halo misterio que rodea a Stonehenge desde hace muchos años por lo que encontrar la respuesta a las preguntas que existen es uno de sus principales objetivos.
El famoso monumento megalítico ha sido considerado un antiguo calendario por lo menos hace un siglo. Sin embargo, hasta hace poco no existía una teoría convincente sobre su funcionamiento.
Un estudio pionero en el tema acaba de ser el primero en levantar la mano para explicar cómo es que Stonehenge fue un calendario solar en la antigüedad. La Universidad de Bournemouth publicó su trabajo en Antiquity.
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De acuerdo a la información brindada, el conjunto de piedras de más de 4 mil años funcionaba como un calendario solar calibrado de acuerdo a la alineación entre los dos solsticios anuales.
«El calendario propuesto funciona de forma muy sencilla: cada una de las 30 piedras en el círculo de piedras Sarsen representa un día dentro de un mes , dividido en tres semanas cada una de 10 días. El mes intercalado, probablemente dedicado a las deidades del sitio, está representado por los cinco trilitos en el centro del sitio», explica Timothy Darvill, autor del estudio en un comunicado.
Universidad de Bournemouth
Si se siguen los cálculos, Stonehenge necesitaría un mes intercalado de cinco días y un día bisiesto cada cuatro años para tener los 365 y .25 días. Darvill también se dio cuenta que el primer mes del calendario está representando con cinco trilitones en el centro del monumento.
El equipo de investigadores determinó que las piedras sarsen (un conjunto de enormes bloques de arenisca de la región las usaron para formar uno de los círculos de Stonehenge), las agregaron mientras se construían hacia el 2,500 a.C.
Técnicamente, el calendario se calibra con las mismas piedras cada año, es decir no hay lugar para muchos errores, pues el Sol siempre aparece en el sitio correcto cada solsticio.
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Comparado con el calendario gregoriano, un calendario con semanas de 10 días es bastante inusual pero es una innovación interesante para el tiempo de su construcción hace años.
«Esta clase de calendarios se desarrolló en el Mediterráneo oriental en los siglos posteriores al 3000 a.C. y lo adoptaron en Egipto como calendario civil cerca del 2700 a.C. y utilizado ampliamente durante la época del Imperio Antiguo», concluyó.
