Pasamos aproximadamente 1/3 de nuestras vidas en brazos de Morfeo. Gracias a los que inventaron la cama, ese tercio de nuestras vidas es realmente cómodo. Y es que ya sea con un colchón de viscoelástica, látex o gomaespuma, todos abrazamos la cama con amor y cariño cuando nuestra jornada toca a su fin.
Pero las camas no son patrimonio exclusivo de los humanos. A nuestros queridos animales de compañía también le encantan estos fantásticos muebles. Si no me creéis tan solo tenéis que conocer a Sophie, una preciosa gatita blanca y negra que ama su minicama sobre todas las cosas.
La pequeña Sophie no ha disfrutado siempre de estas comodidades. Cuando tenía tres años vivía confinada en una diminuta jaula junto con otros felinos. Por suerte fue rescatada de su tiránico dueño para, poco más tarde, conocer a Christiana Viscusi, su actual dueña.
Todas las noches Christiana se llevaba a Sophie a dormir a su cama, pero la felina no tardaba en desplazarse hasta la cómoda de la habitación. Ante esta situación, su querida humana le compró un camastro en miniatura y parece que a Sophie le encantó la idea. Si no os lo creéis solo tenéis que ver sus fotografías.