Ese «maravilloso» momento en el que abres la lavadora y ves que tu camisa favorita ha terminado igual que la camisa de un payaso. ¿Cuántas veces habéis vivido esta «terrible» situación? Bueno, la próxima vez que os ocurra no desesperéis, pues hemos descubierto dos trucos increíbles que pondrán remedio a este problema y que devolverán los colores originales a tus prendas.
Dicen que los trucos de las abuelas son los que mejor funcionan, y precisamente por eso hemos escogido, de entre todos los que circulan por la red, los más aclamados por los internautas basándose en su uso tradicional y con los resultados más óptimos. Ni qué decir tiene que podréis utilizarlos para cualquier prenda, ya sea un suéter o un pantalón.
Para el primero, lo único que vais a necesitar son bastantes cáscaras de huevo, y para el segundo un poco de vinagre y sal. Pero veamos qué pasos debéis seguir para con cada uno de ellos:
Cómo devolver los colores originales a una prenda con cáscaras de huevo
Tan fácil como llevar a ebullición las cáscaras de huevo -bastantes- en una olla grande (recuerda que si no vas a cocinar los huevos en ese momento, puedes congelarlos en cubiteras). Después de hervir durante unos minutos, apaga el fuego y mete en la olla la prenda que se te haya desteñido. El color invasor debería desaparecer casi al instante. Después, aclara bien la prenda o lávala y ponla a secar.
Devuelve el color a tus prendas con esta segunda opción: vinagre y sal
Más fácil todavía, llena un barreño con agua caliente y añade dos cucharadas de sal y medio vaso de vinagre. Remuévelo todo y después introduce la prenda, que deberá reposar ahí durante toda la noche, así que despreocúpate de momento. A la mañana siguiente, saca la prenda del barreño ya sin manchas, aclárala y lávala como haces habitualmente en la lavadora.
Esperemos que estos trucos os hayan sido de utilidad y que nos contéis todas vuestras impresiones a través de los comentarios. ¡Ah!, y no olvidéis compartirlos con todos vuestros contactos, a fin de hacerles la vida un poco más fácil también a ellos.
Fuentes: cuatrofrases
