Varios estudios demuestran que las parejas que discuten tienen una mejor relación

Publicado 5 agosto, 2020 por Tamara Lopez
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Al contrario de lo que mucha gente piensa, en las relaciones románticas inevitablemente van a surgir conflictos y discusiones. Puede parecer que discutir con tu pareja suponga el fin de la relación, pero en realidad varios estudios demuestran que las parejas que discuten tienen una mejor relación.

¿Por qué discutir es bueno?

Aunque muchas veces no lo parezca, discutir con una pareja puede ser bueno para la relación, e incluso se ha demostrado que aquellas que discuten tienen un menor riesgo de padecer enfermedades y viven más tiempo. 

Sin embargo, esto sólo se aplica a las parejas que discuten con un grado de intensidad igualitario. Los conflictos pueden ser muy estresantes y algunas personas los evitan, llegando a mostrarse que si una parte de la pareja contiene su enfado mientras que la otra le da rienda suelta, puede doblarse el peligro de una muerte prematura.

¿Podemos discutir de cualquier manera?

El modo en el que las parejas manejan sus conflictos variará dependiendo de los problemas que estén enfrentando, pues algunos serán más difíciles de resolver que otros. Entonces, ¿qué distingue a las parejas felices? La respuesta es la forma en la que discuten, pues se orientan más hacia la búsqueda de una solución en común, y se centran en aquellos problemas que sí que pueden resolver.

Además, de acuerdo con un estudio, la manera en la que una pareja discute puede predecir la probabilidad de un divorcio. Se descubrió que existen tres tipos de discusión que caracterizan un conflicto: destructivo, constructivo y retirada.

Los investigadores se dieron cuenta de varias cosas. Por un lado, las peleas destructivas a menudo condujeron al divorcio. Por otro lado, en aquellas parejas en las que una parte discutía constructivamente (es decir, intentaban resolver el conflicto con calma), y la otra pareja evitaba el conflicto y se retiraba, también enfrentaban potenciales problemas en su relación que pudiesen desembocar en un divorcio.

La mediación de terceros tiene un impacto positivo

Que la mediación de terceras personas tiene un impacto positivo en las relaciones ha sido demostrado por varios estudios. Esto se debe a que la mediación aumenta las resoluciones de conflictos, aumenta la satisfacción en los temas y proceso de la discusión y aumenta las posibilidades de llegar a un punto en común.

En las parejas que se sometieron a mediación pudo observarse un mayor nivel de satisfacción, y también se mostró una mayor actividad neuronal en el núcleo accumbens, que juega un papel muy importante en el circuito de recompensa.

Lo datos obtenidos en los estudios demuestran que las parejas que creen en los beneficios de la mediación tienen mejores habilidades a la hora de resolver sus propios conflictos, y no acumulan quejas tras la discusión.

Consejos para discutir sin llevarnos la relación por delante

Son muchas las personas que ven los conflictos como indicativo de que la relación va mal o no está funcionando, y esto no siempre tiene por qué ser así. Sin embargo, si que hay ciertos consejos que puedes seguir para discutir sin hacer que la relación termine.

  1. En primer lugar, es importante tener en cuenta que los conflictos pueden ayudar a que la relación crezca. También ayudan a conocer mejor a tu pareja, e incluso a ti mismo.
  2. En segundo lugar, es aconsejable saber reconocer cuándo uno mismo está listo para enfrentar una discusión. Es mejor enfrentarse a ella cuando vamos a poder adoptar una postura racional. 
  3. En tercer lugar, la flexibilidad durante la discusión en necesaria. Lo mejor es enfrentar el conflicto con la mente abierta y sin expectativas sobre cómo debería ser y cómo debería terminar. Es posible que durante el curso de la misma tu pareja o tú cambiéis de opinión.
  4. En último lugar, recuerda que todos somos vulnerables, y todos nos cuestionamos ciertos temas en algún punto, pues nadie lo sabe todo. Todos hemos vivido experiencias que condicionan nuestra forma de enfocar los conflictos, pero debemos estar abiertos a cambiar la forma en la que hacemos las cosas. Si nosotros mismos cambiamos, es más probable que nuestra pareja también lo haga. 
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