Hoy vamos a hablaros del que sin duda es el peor desastre ecológico del siglo, y probablemente uno de los menos conocidos, los incendios y plantaciones intensivas para la obtención del famoso aceite de palma.
Un auténtico crimen contra la naturaleza que desde hace más de 20 años se viene cometiendo en colaboración con los gobiernos y elites políticas de Malasia e Indonesia.
Miles de hectáreas de terreno quemadas, animales masacrados, hambre y muerte, del que sólo se escucha silencio. Un silencio sucio, manchado de sangre, humo y tierra. Comprado con dinero, sobornos y amenazas.
Una industria que mueve más de 45.000 millones de euros y por la que los poderes económicos y las empresas implicadas están dispuestas a quebrantar la ley y arruinar el patrimonio natural de un país, con tal de que tú puedas disfrutar de una bolsa de Doritos.
Descubre la verdad sobre este terrible desastre ecológico, e informa a tus conocidos. Entre todos podemos pararlo.
En llamas
Hace casi dos años que el bloguero vasco bilbotikurrum comenzó a vivir en Indonesia, un país precioso y con una riqueza natural extraordinaria.
Sin embargo, tal y como denuncia sobre el terreno bilbotikurrum, las islas de Sumatra y Kalimantan (Borneo) llevan en llamas varias semanas ante la pasividad del gobierno y la comunidad internacional.
En este tiempo, cientos de hectáreas de selva, fauna y flora autóctona se han perdido, dañando la salud de millones de personas tanto en Indonesia como en los países de alrededor. La población se ha visto obligada a utilizar mascarillas y aun así los fallecidos por culpa del fuego y la inhalación de humos se cuentan por decenas.
A pesar de la gravedad de la situación, los gobiernos de ambos países han rechazado la ayuda ofrecida por algunos paises vecinos como Japón, Singapur o Corea. Y es que se especula con la posibilidad de que la élite política esté implicada en la cadena de sobornos.
Año tras año
Según denuncia la población, cada año y de forma sistemática las empresas dedicadas a la plantación de palmeras, queman de forma intencionada miles de hectáreas con la intención de aumentar el terreno disponible para cultivo.
A cambio, pagan suculentas comisiones a los gobiernos locales, regionales e incluso centrales, por entorpecer las labores de extinción.
En los últimos 10 años, Indonesia ha perdido una superficie forestal equivalente a la mitad de Inglaterra, mientras que la producción de aceite de palma se ha duplicado en el país.
Verde selva y rojo sangre
El fuego y las excavadoras han acabado con cientos de ejemplares de orangutanes, gibones, rinocerontes y elefantes de Sumatra. Los supervivientes se encuentran desplazados de sus hábitats naturales mientras esperan a que un nuevo incendio provocado les sorprenda.
En las ciudades la situación no es mejor, en sólo 3 semanas, Indonesia ha emitido más cantidad de CO2 que la que emite Alemania en todo un año. La quema de selva es tan brutal que el humo se ha convertido en un problema muy serio, provocando todo tipo de incidentes y problemas de salud.
Y en las zonas rurales miles de pequeños agricultores han perdido sus cosechas pasto de las llamas, su único sustento, debido en parte a que la sequía de este año, ha agravado la intensidad de los incendios.
¿Qué podemos hacer?
Muchos ciudadanos piensan que ellos no pueden hacer nada por cambiar esta situación, pero lo cierto es que es tan fácil como dejar de consumir productos que contengan aceite de palma.
Cereales, champú, detergente, bollería, cosméticos… Se estima que cada ciudadano consume unos 10 kilogramos de aceite de palma al año, un aceite que no es de uso casero, sino que es utilizado por la industria alimentaria debido a su bajo coste.
Su calidad, por cierto es bastante deficiente con respecto a otros aceites vegetales, pero aun así, nuestras marcas de confianza lo utilizan en el 50% de los productos que consumimos, escondido bajo diferentes denominaciones.
Según señalan desde mi aventuraviajando.com, prácticamente todas las multinacionales que dominan el planeta utilizan aceite de palma en la elaboración de muchos de sus productos.
- Multinacionales Unilever, Procter & Gamble (P&G), Nestlé, Kraft, Carrefour, Lay’s, Nutella, Ferrero, Matutano, etc.
- Marcas de alimentación como Pringles, Frigo, Ben & Jerry’s, Tulipán, Maizena, Knorr, Hellmann’s, Ligeresa, Calvé, Fontaneda, LU, Kit Kat, etc.
- Marcas de cosméticos, cuidado personal u hogar como Axe, Dove, Rexona, Pond’s, Sunsilk, Timotei, Signal, Mimosin, Domestos, Cif, Palmolive, Fa, Colgate, Hugo Boss, D&G, Lancôme, Wella, Pantene, L’Oréal, Avon, etc.
Leer la etiqueta de los productos que consumimos y eliminarlos de nuestra cesta de la compra si contienen aceite de palma, es sin duda una de las mejores cosas que podemos hacer, tanto por nuestra salud, como por la selvas, animales y ciudadanos de Indonesia y Malasia.
Estos países son los primeros productores mundiales de aceite de palma, y es por tanto lógico que de no ser un producto rentable, la quema de terrenos y los incendios provocados cesen.
A fin de cuentas, esta maquinaria de sobornos, fuego y cultivo se puso en marcha con la intención de satisfacer nuestra demanda y si nuestros hábitos de consumo varían, también lo hará la oferta.
El consumo responsable y la información son por tanto nuestras mejores armas para lograr que esta situación cambie. Por ello, te rogamos que hables de ello con tus amigos, compartas la información en tus redes sociales y dejes de consumir estos productos. ¡Entre todos lo lograremos!
Fuente: bilbotikurrun.wordpress.com y miaventuraviajando.com
