El 16% de la población nace sin este tendón en los brazos

Publicado 22 marzo, 2016 por Joaquín M.C.
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la evolucion del ser humano

La teoría de la evolución de Darwin es el pilar básico de la biología actual y la explicación más aceptada sobre el origen de las especies. Con algunos añadidos de otros científicos como Andrew Wallace y las leyes de la genética de Mendel, se consigue explicar por qué los seres vivos que habitan hoy el planeta son distintos a los que lo hacían hace, por ejemplo, 10 millones de años.

Y es que la supervivencia del más apto es una constante en la naturaleza. Las ventajas evolutivas que tiene cada especie y su manera de adaptarse al entorno son lo que lo hacen sobrevivir o extinguirse, y con él, su legado genético.

Esta carrera por la supervivencia está lejos de acabarse, ya que, constantemente, la naturaleza va premiando con supervivencia a las especies cuyas características son más ventajosas en su día a día.

El ser humano no está exento de esta carrera evolutiva, y la prueba son los vestigios genéticos que aún conservamos gran parte de la población y que, actualmente, no nos suponen ningún ventaja a la hora de sobrevivir.

Aunque anatómicamente estamos programados para ser todos iguales, hay cierto porcentaje de la especie que no lo es. Esa gente a la que no les salen las muelas del juicio o que no tienen el tendón «palmares longus» en sus antebrazos. Si queréis hacer las pruebas solo debéis juntar el pulgar y el indicé como en la imagen de abajo.

tendón de palmaris longus

Esos elementos están desapareciendo de nuestra configuración genética porque ya no son esenciales para nuestra supervivencia. Al igual que estos, hay otros muchos comportamientos u órganos que tienen los días contados, y no pasará demasiado tiempo hasta que solo sean una reseña en algún libro de historia natural.

¿Quieres saber si tú formas parte de ese porcentaje de personas «evolucionadas»? En el siguiente vídeo te explican de una forma muy entretenida y clara cuáles son las funciones y músculos que están desapareciendo de la especie humana o que tienen los días contados.

En realidad, y a día de hoy, estos vestigios genéticos no suponen más que una anécdota y no una ventaja evolutiva real.

A continuación, el vídeo con la explicación

Fuente: Vox, Artículo por La voz del muro

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