Cuando hablamos de arquitectura podemos mencionar muchos tipos de edificios y estructuras, pero si solo pudiéramos escoger una clasificación, es indudable que los edificios de culto o religiosos se cuentan entre las edificaciones más majestuosas de nuestra historia.
Todos contamos con nuestra propia imagen mental de las impresionantes pirámides, el misticismo de los zigurats o la grandeza de las catedrales. Cada religión tiene su propio estilo arquitectónico y su propia manera de enseñarnos hasta qué punto puede llevar el ser humano sus capacidades de construcción.
Entre todos estos famosos edificios los templos budistas ocupan un lugar algo más relegado a la humildad. Con edificaciones funcionales y a menudo algo más sobrias, muchas veces quedan eclipsados por otros edificios orientales como las pagodas o los palacios.
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Pero los templos budistas a menudo se diferencian de la mayoría por su gran conexión con la naturaleza, y esta conexión es la que hace que a veces sean mucho más impresionantes que cualquier otro edificio de mayor tamaño o complejidad. Aunque existen muchos templos que ejemplifican esta conexión, hay uno en especial que la lleva a su máxima expresión: hablamos de Ellora.
Fuente: Anfrix.com
Ellora, la maravilla de roca
Fuente: Anfrix.com
Las cavernas de Ellora son una formación natural de la india que alberga el majestuoso templo de Kailasa. Este templo esta erigido en honor a la diosa Shiva, y es una maravilla visual con la que muy pocos lugares de culto pueden compararse.
El templo se encuentra ubicado en lo que se ha denominado la caverna 16, pero todo el complejo de cuevas alberga pequeños templos y lugares dedicados a la meditación y el culto a numerosas deidades. Un trabajo así solo podía realizarse a mano, y de forma diligente durante más de 450 años, en los cuales los constructores de estos templos tallaron más de 100 cavernas de altares y corredores, cada cual más majestuoso que el anterior.
Fuente: Premnath Thirumalaisamy
No solo es impresionante la mera envergadura del trabajo, sino también la dedicación y el mimo con el que está realizado. Los escultores tallaron la roca tratando de imitar la textura de la madera, y esta idea se tuvo en mente durante todo el proceso de manera que todas las superficies reflejan esta intención. Los budistas pensaban que la madera inspiraba calma y tranquilidad lo que era vital a la hora de meditar en las cavernas.
El estilo de Ellora es sobrio y elegante, centrado en facilitar la abstracción y la meditación de sus habitantes, pero eso empaña la grandeza de este lugar, por el cual estamos seguros de que te encantaría perderte tanto como a nosotros.
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