Situada dentro del cementerio de Evergreen en New Haven, Vermont (EE.UU) se halla una insólita tumba de planta cuadrada construida en granito. Sin embargo, no es la forma lo más curioso de este pequeño monumento funerario, sino la pequeña ventana de 90 centímetros cuadrados que hay en su centro.
Se trata de la tumba del ilustre doctor del siglo XIX, Timothy Clark Smith, quien durante toda su vida sufrió de una acusada tapefobia, miedo intenso e irracional a ser enterrado vivo.
Durante los siglos XVIII y XIX era habitual leer en los diarios noticias sobre personas dada por muertas y enterradas que, de repente, volvían a la vida; un fenómeno conocido como Síndrome de Lázaro.
La leyenda decía que muchos ataúdes exhumados contenían arañazos en su interior y que los cadáveres eran encontrados con extrañas posiciones y muecas de angustia.
Sin duda, El entierro prematuro de Edgar Allan Poe contribuyó a extender este miedo patológico entre la sociedad. Tanto que muchos ilustres inventores trataron de poner remedio a este hipotético problema.
Como médico, Clark había sido testigo de varios casos de catalepsia que llegaron a obsesionarle. ¿Y si él mismo caía preso de un sopor invencible y al despertar hubiera sido enterrado? ¿Qué podía haber más horrible que una segunda y verdadera muerte por inanición allí abajo?
Sentía auténtico pavor ante tal idea, y por ello, dedicó gran parte de su tiempo libre a idear formas de comunicarse con el exterior en caso de ser enterrado vivo por error.
El día 31 de Octubre de 1893, durante la noche de Halloween, el Dr. Timothy Clark Smith falleció y por suerte para él fue algo definitivo. En cualquier caso y a pesar del certificado de muerte expedido por un colega, fue enterrado siguiendo su instrucciones. Allí yace desde hace 124 años.
Este artículo fue modificado el 1 agosto, 2018 8:28 am