Esta es la prisión más lujosa del mundo. Parece un Hotel de 5 estrellas

Publicado 7 junio, 2022 por redaccion
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Un modelo humanista de cómo debería funcionar una cárcel, los presos tienen la oportunidad de reintegrarse a la sociedad. 

Es bien sabido que Noruega tiene un sistema fuera de lo común con respecto a las prisiones y a la manera de tratar a los reclusos. Algunos llaman a sus sistema “blando”, pero los noruegos simplemente lo denominan como humano. 

Foto: BBC

Un claro ejemplo de su sistema humanitario es la prisión de Halden al sur del país, cerca de su frontera con Suecia. Se trata de la cárcel más lujosa del país, un lugar donde las celdas no tienen barrotes, los reclusos salen todos los días a trabajar en los terrenos del lugar, compran su comida en la tienda de las instalaciones y sus “habitaciones” tienen televisión, cocina y otras comodidades. 

Puertas de la prisión Halden; Fuente: Wikimedia.

Suena descabellado, ¿Cómo alguien que cometió un crimen puede tener una vida así, incluso mejor que la que tenían afuera?

Bueno, pues esta estrategia le ha dado a Noruega el mejor sistema carcelario del mundo. Los cambios empezaron en 1990 con la idea de darle a los prisioneros una segunda oportunidad y reintegrarse a la sociedad. 

Foto: BBC

El objetivo de la prisión no es mantener aislados a los reclusos, si no que busca darles un tiempo de reflexión.

¿Cómo es el día a día de los presos?

Are Høidal, el director de la cárcel lleva trabajando en el sistema penitenciario noruega desde 1983. fuente: Liberties

Los presos comienzan sus días con la libertad de salir de sus celdas, reciben comidas precocinadas que solo tienen que calentar en las cocinas que están disponibles en cada sección de la prisión. A diferencia de otros lugares, ellos no reciben la comida que sale de una olla y todos comen lo mismo. Pero eso sí, si no les gusta lo que se les da, tienen la opción de comprar otros productos en la tienda de la cárcel que es como un supermercado normal, con una amplia gama de elecciones. 

Fuente: BBC

En el lugar las ventanas no tienen barrotes, no hay torres de vigilancia ni alambre de púas o incluso una valla eléctrica. Tampoco hay cámaras, ni en los pasillos, habitaciones, salas o los talleres. Además de que los guardias no llevan armas. 

En el lugar utilizan un sistema de seguridad conocido como “seguridad dinámica”. Esto consiste en que los guardias se mezclan con los prisioneros y como están siempre ahí, se logran evitar los conflictos posibles en el acto. En total hay 258 presos, lo que hace a Halden la segunda cárcel más grande de Noruega por número de presos, y tiene 290 empleados. 

Fuente: BBC

Un castigo moderado. 

The entrance to Halden Prison in Norway. Fuente: Liberties

La filosofía que manejan en Halden es la misma que se aplica en toda Noruega: La vida en la cárcel no debe ser distinta de la vida fuera de ella. La única diferencia entre estar en Halden y fuera de ella es la libertad de movimiento. Al final, el castigo no tiene que exceder o ir más allá de lo que el preso necesita para recibir ayuda. Los presos están preparados y ansiosos por su libertad desde el primer día en la cárcel. 

Foto: BBC

El director de Halden, Are Høidal, tiene como objetivos hacer que los presos trabajen, paguen impuestos, tengan una familia y motivación. Es aprender a desarrollarse de manera efectiva en la vida real y por eso, desde su primer día en la cárcel, los presos reciben la ayuda para encontrar su motivación. Aunque no todos la encuentran. 

Halden es una cárcel de máxima seguridad, donde hay presos de alto perfil o con enfermedades mentales, pero el objetivo es ayudarlos a superarse y ver otras perspectivas de la vida. 

Un sistema funcional. 

Fuente: BBC

El sistema que emplea Halden no es nada barato, para mantener las condiciones de vida de los 250 prisioneros se gastan alrededor de 110 mil euros al año por cada uno. Si bien estos gastos se deducen de los impuestos, es innegable que el sistema es funcional ya que la reincidencia bajó un 25% en los criminales que terminan su condena en Noruega. 

En este sistema, los reclusos reciben clases culinarias, de música, carpintería o mecánica. Desde la cárcel ellos pueden votar e incluso tienen un programa especial llamado Daddy in Prison, que les permite pasar un par de días con su familia e hijos en una zona especial del recinto. 

Foto: BBC

Gracias a esta visión humanitaria y enfocada a la rehabilitación, Noruega tiene una de las cifras más bajas de reincidencia criminal en el mundo. Las autoridades aseguran que el secreto está en no olvidar que los reclusos también son humanos.

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