Según demuestran los estudios científicos, la sonrisa y la risa poseen grandes beneficios para la salud, tanto físicos como psicológicos.
Cuando reímos y sonreímos nuestro cuerpo libera endorfinas, una hormona que aumenta la felicidad y reduce el estrés y el dolor. Además expande los pulmones, oxigena nuestra sangre y relaja la musculatura.
Con todos estos beneficios es sorprendente que el pueblo ruso se resista a practicar la sonrisa en todo su esplendor; pero ¿te has preguntado alguna vez el por qué?
Más serio que un ruso
Tal y como demuestran los estudios del profesor Iósif Sternin, el pueblo ruso es una de las nacionalidades que menos sonríen del mundo. Pero no por placer, es un rasgo cultural que se ha formado a lo largo de la historia.
Debido a su geografía y otros momentos importantes, el país ha debido hacer frente a condiciones extremadamente duras y la preocupación se ha marcado en su rostro. La sonrisa y la risa se convirtieron en una excepción a la regla que indica bienestar, prosperidad y buen humor, algo que queda reservado a ciertas circunstancias.
Hoy por hoy, la sonrisa en Rusia es un gesto muy distinto al occidental con significados y matices que se deben tener en cuenta.
1. La sonrisa en Rusia no es un signo de cortesía
Una sonrisa te abrirá todas las puertas, menos en dicho país. Allí, este gesto no es un saludo cortes, sino que es percibido como una mala señal que pretende esconder los verdaderos sentimientos o intenciones.
2. No se sonríe a los extraños
En línea con lo anterior, la sonrisa rusa, aunque existe, no se practica con extraños, solo con amigos. Pues la sinceridad de dicha expresión precisa de confianza.
La «sonrisa de servicio» (aquella que en atención al cliente se da en occidente) no es bien recibida. Si una vendedora intentara sonreír a sus clientes estos pensarían que intenta timarles.
3. Tampoco la sonrisa de respuesta
Es habitual que sonriamos como respuesta a una pregunta de un extraño, pero en Rusia se considera una invitación a entablar una conversación. Por lo que dicha acción no se contempla.
4. La sonrisa es afectiva
Para el pueblo ruso la sonrisa tiene un componente afectivo, lo que significa que solo se hace hacia personas con las que tenemos algún lazo afectivo, amistoso o sentimental. Por esa razón, si sonríes a un extraño es probable que este te pregunte: «¿Acaso nos conocemos?
5. Para reír hace falta que sea divertido
Risa y sonrisa es lo mismo para el pueblo ruso, y ambas se utilizan para expresar diversión. Si rieras por educación o sonrieras para mejorar la comunicación, los rusos te preguntarían por la razón divertida de ese gesto. Si no la hay, se percibiría que te estas riendo de ellos, de su ropa, de su peinado…
6. No puedes sonreír cuando estás haciendo cosas importantes
El trabajo es un asunto serio que requiere de formalidad, y eso en Rusia es incompatible con la sonrisa. Ningún empleado, funcionario o político que se precie de ser profesional sonreirá mientras este ejerciendo su labor. Tampoco los niños tienen permitido hacerlo en clase o la profesora podría regañarles.
«¿Por qué sonríes?, deja de sonreír y ponte a hacer la tarea».
7. Risa y sonrisa son una misma cosa
En el mundo occidental existen situaciones que requieren una risa y otras simplemente sonreír, y de intercambiarlas podríamos vernos en un lío. Para el pueblo ruso, risa y sonrisa son la misma cosa, y ambas están fuera de lugar si no se cumplen las condiciones adecuadas para hacerlo.
Además, la sonrisa siempre debe realizarse con la boca pequeña, pues enseñar los dientes durante es considerado como un gesto vulgar.
Para reír en Rusia
Los rusos rien y también lo hacen a carcajadas, pero su construcción cultural en torno a la sonrisa es muy diferente a la occidental. Una situación apta para la risa debe cumplir algunos rasgos.
1. Debe ser sincera y con las personas adecuadas
2. Debes tener un motivo para sonreír
3. Debe ser apropiado
No hay sitio para la risa en situaciones tensas, peligrosas, serias o profesionales. Tampoco está bien visto sonreír cerca de personas que pasan por un mal momento, problemas personales, etc…
Si estas tres premisas se cumplen, no hay problema para reír libremente.
Fuente: blog.properrussian.com, Iósif Sternin y fishki.net
