Abigail Kingston parece haber cumplido a la perfección con la costumbre inglesa de llevar «algo azul, algo nuevo, algo viejo y algo prestado» el día de su boda. Al menos cumple con la parte de «algo viejo», ya que se ha casado con un bonito vestido de 120 años de antigüedad.
Esta prenda siempre ha estado en su familia y se ha ido traspasando de generación en generación, desde el año 1895. Por aquel entonces, Mary Lowry Warren, la tatarabuela de Abigail, lo confeccionó para su boda cumpliendo con los estándares y modas de la época.
Sin embargo, vestir una prenda tan exquisita, no ha estado exento de dificultades. Conoce toda la historia a continuación.
El vestido fue heredado por la madre de Abigail, Leslie Kingston, en 1991 y ahora por su hija.
Sin embargo, vestir una prenda con 120 años de antigüedad no ha sido una tarea fácil.
La tela había amarilleado debido a su antigüedad, por lo que ha tenido que ser blanqueada con sumo cuidado para que recuperara el color crudo claro original.
Los años también habían corrompido la integridad del tejido, y el vestido estaba lleno de descosidos y agujeros.
Más de 200 horas de laborioso trabajo han sido necesarias para repararlo.
Una costurera experta fue la encargada de restaurar la prenda y realizar los arreglos necesarios para que Abigail luciera espléndida el día de la boda.
A pesar de todas las molestias, Abigail solo pudo lucir el vestido durante el cóctel.
Su fragilidad no le permitió vestirlo durante todo el evento.
En especial durante la ceremonia, ya que los traslados en coche hubieran terminado por dañar las costuras.
Una prenda histórica cargada de valor sentimental, que ya espera cuidadosamente, envasada, a la próxima novia de esta gran familia.
Original: Boredpanda.com
