Cada año, la Sociedad para la Correlación Neural -una institución sin ánimo de lucro para la divulgación científica sobre la percepción y el conocimiento-, convoca un divertido y alocado concurso para elegir la mejor ilusión sensorial del momento.
La edición de 2016 acaba de celebrarse, y aquí te traemos las mejores ilusiones ópticas y sensoriales de este año. Una lista sorprendente capaz de dejarte con la boca abierta.
En la ilusión podemos encontrar círculos formados por líneas negras y blancas que se mueven de lado a lado en su interior, pero que permanecen estáticos sobre el fondo. Sin embargo, la simple alternancia del color provoca una falsa sensación de movimiento.
Los sorprendentes cilindros ambiguos desarrollados por este equipo japonés cambian su apariencia, según se giren y reflejen en un espejo. Es solo un juego de perspectiva, pero muy alucinante.
Versionando a los clásicos zoótropos victorianos, esta ilusión logra confundir al espectador mostrando un pájaro en movimiento en el centro del objeto.
Cuatro burbujas de diferente tamaño y color gris, toman prestada la coloración según su sus dimensiones de unos círculos concéntricos.
Debido a un error de anticipación de los nervios sensoriales de la piel del antebrazo, casi todas las personas creen que has llegado al codo antes de tiempo. Haz la prueba en casa: cierra los ojos y solicita a otra persona que deslice su dedo desde la muñeca hasta el codo.
El efecto se produce con mayor frecuencia en nuestro brazo no dominante -ya sea diestro o zurdo- y en hombres que en mujeres, pues ellas poseen una mayor sensibilidad cutánea.
La alternancia de color, en contraposición del color de los bordes de las letras, crea una falsa ilusión de movimiento.
Dos rectángulos parpadean de forma simultánea entre otros dos rectángulos fijos. La variación de tamaño de estos últimos provoca que percibamos el parpadeo de forma asíncrona.
Solo visible si se reproduce en casa, esta ilusión se sirve de media pelota para engañar a nuestro cerebro, provocando la falsa sensación de tener el dedo corazón mucho más corto de lo que es en realidad.
El cerebro percibe mal el movimiento de los molinos de viento, según las condiciones de luminosidad de la escena.
La percepción del contraste de una imagen depende de la luminosidad del entorno, y a pesar de ser iguales, nuestro cerebro los percibe diferentes.
Fuente: deadbees.net
Este artículo fue modificado el 7 enero, 2019 5:28 pm