Marte es hoy un desierto de color rojo, pero según las pruebas recogidas por la NASA, hace 4.000 millones de años el planeta tuvo atmósfera y grandes océanos. ¿Cómo los perdió? Y lo que es más importante, ¿qué podemos hacer para recuperarlo?
La importancia del campo magnético
A diferencia de la Tierra, Marte no posee campo magnético que proteja su atmósfera, lo que lo hizo muy vulnerable a la radiación ultravioleta y las tormentas solares. Fueron estas las que «achicharraron» su superficie convirtiéndola en el desierto rojo que conocemos.
Es fácil deducir que si se pudiera crear un campo magnético artificial para Marte, este lograría recuperar su antigua atmósfera. Y ese es precisamente es el plan de la NASA.
El ingeniero, Jim Green, de la división de ciencia planetaria de la NASA y su equipo proponen colocar un dipolo magnético a modo de satélite para que acompañe al planeta rojo en su órbita y lo proteja de la radiación solar.
Un dipolo es un dispositivo de tecnología punta capaz de producir dos polos magnéticos opuestos/ NASA
«La magnetósfera artificial podría desviar los vientos solares al igual que un campo magnético natural», explica Green.
Según las simulaciones realizadas, un campo magnético ubicado en el punto conocido como Lagrange L1 sería suficiente para incrementar el grosor de la atmósfera y la temperatura en 4 grados centígrados.
Esta pequeña subida de temperatura sería suficiente para derretir el dióxido de carbono acumulado en el polo norte del planeta. Lo que a su vez desencadenaría un importante efecto invernadero que aumentaría todavía más la temperatura y posibilitaría la condensación de agua líquida.
«La nueva atmósfera marciana y la presencia de agua líquida facilitaría una expedición o colonia en Marte en 2040″, asegura Green.
En Houston ya se encuentran estudiando a fondo la viabilidad de este proyecto. Os mantendremos informados futuros turistas espaciales.
