¿No conocías a la «vaquita marina»? date prisa, quedan menos de 30

Publicado 13 julio, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
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Ninguna de las propuestas e iniciativas para intentar librar de la extinción al único mamífero marino endémico de México, la vaquita marina, ha funcionado hasta el momento. Tristemente, no estamos consiguiendo salvarla.

También conocida como el «panda del mar», debido a sus peculiares y distintivas marcas alrededor de los ojos, la vaquita marina se encuentra en peligro crítico de extinción, con un número estimado de 30 o menos ejemplares.

Para que os hagáis una idea, a principios del año 2000 la población de estos majestuosos cetáceos oscilaba los 450 ejemplares. Según pasaban los años, las cifras fueron menguando hasta llegar al punto crítico en el que nos encontramos hoy, pese al financiamiento -con recursos públicos- de un programa integral para la recuperación de la especie, iniciado unos años atrás. Las cifras no mienten: las medidas adoptadas no han sido efectivas.

Esta es la vaquita de mar, también conocida como «panda de mar» o, por su nombre científico, Phocoena sinus. A día de hoy, solo quedan 30 o menos ejemplares viviendo en el Golfo de California, al noroeste de México, por lo que esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción

Diversas ONG’s llevan denunciando durante años esta terrible situación, que no hace otra cosa que empeorar a pesar del programa integral adoptado para la recuperación de la especie, el cual parece ser insuficiente ante tan pésimos resultados

Las causas se le atribuyen a la caza ilegal por parte de barcos de origen chino, los cuales, en la búsqueda de la totoaba, lanzan redes en las que se quedan atrapadas las vaquitas. Al parecer, la vejiga de las totoabas es muy codiciada en Asia, pues se cree que posee propiedades afrodisíacas y curativas

Rod Nordland, periodista del New York Times, cuenta que el camino a la extinción de la marsopa ha estado marcado por esfuerzos de conservación inconsistentes por parte de gobiernos y conservacionistas en ambos lados de la frontera entre México y EE.UU., así como por traficantes de partes de animales en peligro de extinción y de pescadores sin escrúpulos

Cada año, el número de ejemplares de vaquita marina desciende cerca de un 20%, lo que supone una alerta máxima ya que en apenas unos años podría acabar por desaparecer por completo

Así pues, si no se toman las medidas que sean necesarias, y todas las partes se implican fehacientemente en la causa dejando de lado los intereses económicos y políticos, el cetáceo más pequeño del mundo podría desaparecer para convertirse en un simple recuerdo, como ya lo son el tigre de Tasmania o la foca monje del Caribe

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