Los accidentes por atropello son unos de los más frecuentes en las ciudades de todo el mundo. Muchas veces estos percances se deben al mal estado de la carretera, de los neumáticos o a condiciones adversas como la nieve o lluvia.
El caso es que a esos inconvenientes se suman la velocidad de reacción del conductor, la distancia de frenado del vehículo y los Km/h a los que se desplaza el automóvil. Demasiados factores a tener en cuenta que dan lugar a los ya citados accidentes.
Si todos (peatones y conductores) cumpliésemos correctamente con las normas de circulación, disminuirían los accidentes en general y de este tipo en particular, pero aún así siempre existe el riesgo de que se produjese uno de estos percances inesperados.
Los frenos corrientes a veces no son suficiente a la hora de afrontar un imprevisto de estas características, por ese motivo la empresa sueca Autoliv, se ha sacado de la manga el freno Torricelli. El nombre lo han tomado del físico matemático italiano del siglo XVII Evangelista Torricelli, inventor del barómetro y estudioso del vacío que provocan los fluidos en tubos cerrados y su aplicación a la hidráulica. En cuanto os expliquemos cómo funciona el freno entenderéis el porqué de su nombre.
El freno Torricelli se compone de una placa de 0,3 m2 situada en en los bajos del coche. Esta placa está conectada a un tubo aspirador. El funcionamiento es sencillo e ingenioso, cuando accionamos el freno la placa baja velozmente hasta el suelo y el tubo succiona hasta crear un vacío. Dicha acción provoca que el coche se pegue al suelo y la distancia de frenado se reduzca en un 40%. Curiosamente funciona mejor en suelos mojados ya que el vacío que se crea entre la placa y el suelo es más estanco y aumenta la fuerza de succión.
El problema de este sistema es que funciona tan bien que solo puede ser utilizado a menos de 70 Km/h para evitar lesiones en los pasajeros del vehículo por causa de la inercia.
En el siguiente vídeo veréis mucho mejor su funcionamiento.
Fuente: Autoliv
