Estados Unidos se encuentra de nuevo inmerso el dolor, tras el atentado masivo perpetrado en la ciudad de Las Vegas. Con más de 500 heridos y 58 fallecidos, es uno de los más terribles de su historia, pero no es el único.
Larga es la lista de masacres cometidas con arma de fuego en Estados Unidos, no solo ligadas al terrorismo internacional, sino también entre adolescentes. Un fenómeno lamentable sostenido por la Segunda Enmienda de la constitución americana que regula el derecho poseer armas de fuego y la legitima defensa.
En todos estos atentados, los medios de comunicación tratan de realizar una trepidante cobertura de los hechos, incluso morbosa, en la que no dudan en divulgar todo tipo de información sobre el asesino y las víctimas.
Ya en 2009, el psiquiatra forense y experto en la psicología de asesinos en masa, Park Dietz, realizó un llamamiento a los medios de comunicación sobre este tipo de matanzas en el programa Newswipe. Esto es lo que dijo:
Llevamos veinte años de asesinatos en masa, a lo largo de los cuales he repetido insistentemente a la CNN y a otros medios lo siguiente: si no queréis propagar más asesinatos como estos, no empecéis las noticias con el sonido de las sirenas, no pongáis fotografías del asesino, no lo convirtáis en un especial informativo 24/7, haced todo lo que podáis por no convertir el recuento de víctimas el enfoque que liderará la historia y no hagáis del asesino una especie de anti héroe.
Contadle la historia a los ciudadanos locales afectados y hacedla lo más aburrida posible desde cualquier punto de vista. Porque cada vez que se produce una nueva e intensa saturación informativa de la masacre contamos con que se producirán una o dos imitaciones a lo largo de la semana.
Puede que te parezca una exageración, pero el efecto contagio es un fenómeno muy estudiado, no solo respecto a estos atentados, también respecto al suicidio y el suicidio adolescente, motivo por el cual este tipo de noticias se tratan con suma discreción. Quizá sea el momento de hacerlo también con las masacres y atentados. ¿Tú qué opinas?
