Estos son los trucos que los vendedores utilizan para que gastemos más de la cuenta

Publicado 3 julio, 2017 por Alberto Díaz - Pinto
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Seguramente estéis familiarizados con algunos de los trucos y que tiendas y vendedores utilizan para que gastemos más dinero de lo necesario, a veces incluso haciéndonos adquirir productos que ni si quiera pensábamos que pudiéramos necesitar, aunque puede que algunos de ellos os pillen completamente desprevenidos.

Así pues, estas son las más que estudiadas estratagemas para hacer que gastemos más dinero, y que todos deberíamos tener muy en cuenta, sobre todo si lo que queremos es conseguir ahorrar algo de dinero: 

El neuromarketing 

Se trata de un estudio de mercado que utiliza mediciones psicofisiológicas, tales como  la actividad cerebral, el ritmo cardíaco, respuesta galvánica de la piel, etc., de los sujetos estudiados para sacar conclusiones y entender la toma de decisión de los consumidores.

Así pues, el conocimiento obtenido por el neuromarketing permite a los vendedores manipular las mentes de los consumidores, persuadiéndolos de la forma más eficiente a la hora de tomar una decisión sobre una compra. 

Por tanto, conviene tener muy en cuenta todas estas premisas a la hora de realizar una compra, si no queremos gastar una broma cruel a nuestra billetera.

Olor

No es ningún secreto que una tienda con una bonita estética es capaz de atraer a un número mayor de compradores. Pero, ¿qué me decís si a esto le sumamos un olor agradable que hipnotice nuestro sentido del olfato?

Cuando entramos en una tienda, quizá no seamos conscientes de que, literalmente, hay algo en el aire que está intentando convencernos para que compremos algo.

Esta fuerza invisible se llama esencia de mercado, un concepto bastante utilizado en Europa y Estados Unidos. La idea es esparcir un cierto aroma en un establecimiento, que hará que el cliente permanezca ahí por más tiempo y se incline a realizar alguna compra.

Por ejemplo, una tienda especializada en la venta de cafés utiliza los olores como estímulo atrayente. Lo mismo podríamos decir de muchas tiendas de comestibles, que rocían sus establecimientos con aerosoles que despiertan el apetito de los consumidores. 

Precio vs. criterio de calidad

Muchos creen que, cuanto mayor es el precio, mejor será el producto. En este caso, tenemos el ejemplo de un experimento realizado con dos vinos exactamente iguales, pero con distinto precio y envasado. Los sujetos que se sometieron al estudio terminaron eligiendo el más caro, solo por el hecho de tener un precio mayor. Además, dijeron que el más caro -después de saber cuál era- sabía y olía mucho mejor que el más barato, a pesar de que se trataba del mismo vino. Curioso, ¿verdad?

Este truco también funciona con la ropa. Podemos acudir a dos tiendas distintas y ver la misma blusa, pero con botones en distintos tonos. Es probable que terminemos eligiendo la que sea más cara.

La codicia

Existe una buena cantidad de personas que ostentan una buena situación financiera, pero no saben mantenerla en el futuro de manera eficiente. No invierten y, por tanto, estos fondos no les están generando ningún tipo de beneficio. Y como es bien sabido, el dinero siempre llama al dinero. Los hijos de estas personas generalmente tendrán un nivel adquisitivo medio, puesto que no saben cómo manejar sus finanzas.

La falta de planificación

Las personas con presupuestos limitados tienden a no planificar el futuro a largo plazo. Pueden contratar una hipoteca durante 10 años, pero no pensar cómo la van a pagar en los próximos 3-5 años.

Por otro lado, por la reciente crisis financiera, la gente he perdido la confianza en los bancos e instrumentos financieros para invertir. Si antes se abrían depósitos y cuentas bancarias para la universidad, para la educación de los hijos, etc., ahora estas prácticas se están volviendo impopulares.

Activos y pasivos

La gente rica tiende a comprar productos activos, con vistas a que en un futuro les reporten aún más dinero. Por ejemplo, alguien rico prefiere comprar unas tierras llenas de árboles frutales, para obtener beneficios de la venta de la fruta o porque arrendarán el terrero para que sea explotado por otros.

La gente de a pie, como nosotros, suele centrarse en adquirir productos pasivos. La compra de un vehículo es algo cotidiano que casi todo el mundo realiza a lo largo de su vida pero, tal y como dice un dicho popular:“Un coche pierde valor en el momento que sale del concesionario”. Y es una verdad como un templo, dado que los gastos que produce y la depreciación de este bien es progresiva según su antigüedad, y solo regulada o atenuada por el estado de conservación del mismo a lo largo de los años.

El miedo a las opiniones ajenas

Existe una categoría de personas que gastan su dinero en bienes innecesarios y caros, solo para parecer más ricos a ojos de los demás. Esto se cumple especialmente entre los jóvenes. Por ejemplo, mucha gente con ingresos modestos suelen comprarse teléfonos caros, antes que invertir en unas botas de invierno o un abrigo caliente. Los fabricantes lo saben y, como es lógico, se aprovechan de ello.

En conclusión, debemos realizar compras con cabeza y evitar aquellas que a menudo conducen a deudas insostenibles, así como mantenernos siempre alerta frente a los defraudadores. Planificar nuestros ingresos y gastos hará que ganemos en calidad de vida y aumentemos nuestro capital.

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