Las aves rapaces o de presa son animales atléticos que cazan a sus presas una vez las tienen localizadas desde las alturas. Es un espectáculo digno de ver y que muy pocos logran capturarlo con sus cámaras.
Es el caso del fotógrafo Chen Chengguang, que realiza fotografías a todo tipo de aves salvajes y luego las comparte a través de su cuenta de Instagram. Una de las técnicas que más utiliza es la cronofotografía, que consiste en captar el movimiento del ave a través de diferentes fotogramas. Esta técnica se comenzó a practicar en la mitad del siglo XIX y se considera la predecesora de la animación y de la cinematografía.
Con la cronofotografía, Chen Chengguang detalla, sobre todo, la caza de las águilas pescadoras, unas aves que localizan a sus presas en pleno vuelo y se sumergen rápidamente en el agua. Algunas pueden zambullirse desde una altura de hasta 30 metros. ¡Impresionante!
Las águilas pescadoras se caracterizan por ser cazadoras expertas, con unas patas fuertes y unas garras bien afiladas. Hay ciertas aves que tienen en la parte inferior de sus patas una especie de pico que se denomina espícula, que le proporciona ayuda para sujetar mejor a su presa y que no se le escape o se le resbale.
Su principal fuente de alimento son los peces, por lo que es necesario que su cuerpo esté perfectamente adaptado al agua. ¿Sabes cómo se adapta a este entorno? Pues estas aves poseen unas alas con plumas que contienen un poco de aceite. Sí, sí, has oído bien: aceite. Esto les permite repeler el agua a la hora de sumergirse. También destacan por ser sigilosas, con un vientre de color suave para no llamar la atención de sus presas. Pero eso no es todo, una vez que están dentro del agua sus fosas nasales se contraen para impedir el paso del agua.
Inmortalizar la escena de caza de un águila pescadora con el objetivo de la cámara no es nada fácil. Chen Chengguang toma varios fotogramas y después las une formando una sola imagen.
Estas aves rapaces descienden y se dirigen hacia su objetivo con las patas extendidas y las garras abiertas y, en el último momento, cierran sus alas para conseguir una mejor inmersión y precisión.
Con mucha paciencia y esfuerzo este fotógrafo captura cada movimiento del águila y consigue imágenes increíbles, con detalles como la entrada en el agua, el agarre de los peces o el regreso a su vuelo.
Su cuenta de Instagram tiene más de 209.000 seguidores y su trabajo es bastante elogiado, gracias a la estética y el color de sus fotografías. Además, los usuarios han descubierto una nueva manera de observar a estos pájaros en acción en plena naturaleza.