Hongos transforman radiación en su «alimento» y prosperan en los reactores de Chernóbil

Publicado 23 febrero, 2022 por redaccion
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Luego del terrible accidente nuclear en abril de 1968 se creyó que no habría más vida en ese lugar; sin embargo, los hongos se han apoderado de Chérnobil y se benefician de la radiación. Hay muchos lugares inóspitos donde no esperamos que la vida prospere, como el interior de un volcán activo, una sala de laboratorios completamente esterilizados o el Rector 4 de la central nuclear Vladímir Ilich Lenin en Chérnobil, Ucrania.

En ese espacio donde la radiación mataría a un ser humano, varias decenas de especies de hongos encontraron su hogar.

Los científicos han identificado al menos 200 especies de hongos viviendo en las ruinas de la central nuclear. Desde que sucedió la explosión, los expertos pronosticaron que los primeros seres vivos en reaparecer serían los hongos, pero el descubrimiento de éstos asombró a todos.

Se trata de los hongos radiotróficos. Este tipo de hongos usan melanina para convertir la radiación gamma en energía química que utilizan para su crecimiento. La melanina es un pigmento que tenemos los humanos (y la mayoría de seres vivos) y ayuda a proteger nuestra piel de la radiación ultravioleta generada por el sol.

Arturo Casadevall, profesor del Departamento de Microbiología Molecular e Inmunología de la Universidad de Salud Pública Johns Hopkins; realizó una investigación junto a varios colegas sobre estos hongos de Chérnobil. Sus resultados arrojaron que las especies Cladosporium sphaerospermum, Cryptococcus neoformans y Wangiella dermatitis son más resistentes a la radiación ionizante; de hecho, pueden crecer más rápido en presencia de ésta.

«En muchos reactores nucleares comerciales, el agua radiactiva se contamina con organismos melanóticos. Nadie sabe realmente qué demonios están haciendo allí», comentó Casadevall a la revista Scientific American.

Dr. Graham Barbas CC BY-SA 3.0

Otros estudios señalan que los hongos apuntan sus esporas e hifas a la fuente de radiación; como si estuvieran tratando de alcanzar su comida. Por su parte, Kasthuri Venkateswaran, investigador del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA explicó que los hongos radiotróficos se han logrado adaptar a la actividad radiactiva.

«Los hongos recolectados en el lugar del accidente tenían más melanina que los hongos recolectados fuera de la zona de exclusión», agregó.

National Geographic

Aún falta mucho por descubrir sobre esta especie, pero la comprensión de cómo logran sobrevivir en lugares donde otros seres vivos no lo harían, podría traer grandes beneficios para toda la vida en nuestro planeta.

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