Construyendo un hotel encontraron unas ruinas romanas, y cambiaron el proyecto por completo para integrarlas

Publicado 27 abril, 2020 por Alberto Díaz - Pinto
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¿Cuántas veces hemos visto cómo las excavadoras se topaban con yacimientos arqueológicos por casualidad? Al margen de las dudosas técnicas de procedimiento de algunos promotores ante tales hallazgos, lo cierto es que hay mucha historia bajo nuestros edificios. Quizá más de la que pensamos.

De hecho, en países como Egipto, Roma, Grecia o Turquía este tipo de situaciones son bastante normales. Después de todo, los antiguos fenicios, griegos y, sobre todo, romanos, extendieron su civilización por todo el Mediterráneo, construyendo urbes gigantescas y obras colosales. Sin embargo, muchas de estas ruinas aún permanecen bajo tierra, esperando ser descubiertas.

Así fue cómo una constructora, cuando se encontraba excavando los cimientos de un nuevo hotel en la ciudad turca de Antakya allá en 2009, hizo un descubrimiento sorprendente. Los obreros se toparon con un vasto mosaico datado de la época romana y las ruinas de unas antiguas termas. Todo ello, sin contar los más de 35.000 artefactos, de al menos 13 civilizaciones distintas, que abarcan unos 2.300 años de antigüedad.

Como era de suponer, la construcción del hotel se detuvo de inmediato, para dar paso a una meticulosa excavación arqueológica de seis meses de duración, aunque las labores de restauración se han extendido durante años.

El Museo Hotel Antakya: un proyecto innovador que vela por la preservación

Sin duda, el hallazgo habría dado al traste con las esperanzas de cualquier cadena hotelera. No obstante, el grupo Asfuroğlu decidió aceptar el desafío, integrando el hallazgo arqueológico en los planos del hotel. Once años después, el Museo Hotel Antakya, de 5 estrellas y 199 habitaciones, ha abierto por fin sus puertas.

Diseñado por el arquitecto turco Emre Arolat, el hotel consta de cinco pisos suspendidos en columnas de acero sobre el yacimiento arqueológico, donde el mosaico romano, de más de 1.000 m², yace in situ.

La planta baja alberga un museo al aire libre con suelos de vidrio y pasarelas, ofreciendo unas vistas magníficas del mosaico y las diversas zonas de la excavación.

Las habitaciones están apiladas sobre este espacio abierto, flotando sobre el lugar en una estructura a modo de panal, con ventanas de vidrio que dan directamente a los hallazgos arqueológicos.

Un hotel del s. XXI con mucha historia

La ciudad de Antakya, donde se realizó el descubrimiento, se encuentra en el emplazamiento de la antigua ciudad de Antioquía, fundada en el siglo IV a.C.

Antioquía fue el centro del Imperio seléucida hasta el siglo I a. C., cuando fue anexionada por Roma y se convirtió en la capital de la provincia romana de Siria. También fue la tercera ciudad más grande del Imperio Romano en tamaño e importancia, después de Roma y Alejandría, y poseía magníficos templos, teatros, acueductos y baños.

Antioquía fue también uno de los primeros centros del cristianismo, y ganó mucha importancia eclesiástica durante el Imperio bizantino. La ciudad cambió de manos varias veces, conquistada por los bizantinos, los selyúcidas, los cruzados, los ayubíes, los mamelucos y, finalmente, por los otomanos en el siglo XVI.

Los arqueólogos creen que el mosaico, datado en el siglo quinto, pudo haber formado parte del complejo decorativo de un edificio del gobierno o destinado al uso público. Además de su belleza, se trata del mosaico más largo –como una única pieza– del país. Se han tardado 9 años en restaurar esta maravilla, cuya escena más famosa es la de el mítico caballo alado, Pegaso.

Además del mosaico, los arqueólogos descubrieron las ruinas de unas antiguas termas romanas, así como la primera estatua de mármol intacta del dios griego Eros. Otros artefactos encontrados en el yacimiento se remontan a la era helenística, que comenzó en 323 a.C.

Vía: The Museum Hotel Antakya, Wikipedia (Antioquía), Financial Times, Amusing Planet

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