Ikea está haciendo una nueva tienda en Viena, con fachadas verdes y sin parking

Publicado 18 enero, 2020 por Javier Escribano
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Cuando pensamos en IKEA, solemos pensar en grises y enormes naves industriales a las afueras de las ciudades, rodeadas por un mar de coches aparcados. Este es el modelo que han generalizado tanto esta empresa de muebles como otras grandes superficies comerciales: grandes complejos situados en polígonos comerciales o industriales, a los que solo se puede acceder con coche. 

Sin embargo, IKEA está empezando a pensar diferente. Ya hay en Europa varias «urban stores» ubicadas en el centro de las ciudades, pensadas para la gente que no tiene coche. Es su respuesta a las tendencias del comercio actuales: la gente tiene menos tiempo, y valora más las facilidades y la comodidad.

IKEA Westbahnhof, el nuevo proyecto que tiene la empresa para Viena, ejemplifica mejor que ningún otro esta nueva concepción comercial, unido con un diseño innovador y eco-friendly. La tienda se elevará siete plantas y llamará la atención por su diseño a base de bloques modulares y sus paredes vegetales. En su interior, encontrarás todas las estancias de demostración que podrías esperar de cualquier IKEA, pero también restaurantes, bares y terrazas que convierten el acto de ir a comprar una experiencia social. El objetivo de querkraft, la firma arquitectónica que ha diseñado el edificio, era convertir la tienda en un lugar de encuentro para todo el barrio.

«El diseño refleja la marca IKEA: amistosa, abierta, poco convencional y relajante. La solución de querkraft se muestra en un edificio que también aporta valor añadido al barrio. La azotea, abierta al público, la vegetación en todas las fachadas, la cafetería y un jardín exterior gustosamente diseñado contribuyen al bien del barrio.»

El compromiso de IKEA con el medio ambiente: reducir el uso de coches

Lo que no tendrá esta tienda IKEA (que ya ha empezado su construcción, pero no abrirá hasta 2021) será almacén: todos los pedidos serán enviados desde el almacén en menos de 24 horas. Así, se unen la comodidad de las compras por Internet con la fiabilidad de poder ver y probar el producto in situ, y la confianza de recibir consejos de los propios empleados. Todo esto sin necesidad de coger el coche, pues estará en el centro de la capital austriaca, a tiro de varias paradas de metro. De hecho, el edificio tampoco tendrá párking.

Y es que acercar las grandes superficies comerciales al centro de las ciudades responde realmente a dos necesidades: por un lado, la demanda de cada vez más personas, sobre todo jóvenes, que viven de alquiler en los centros de las ciudades y no pueden permitirse un coche. Y por el otro, claro, reducir el uso del coche siempre que se pueda, descongestionando el tráfico y reduciendo las emisiones. Por esa razón, IKEA también trabaja en otro campo: el de sus transportes. Su compromiso, para 2025, es sustituir toda su flota de transportes por vehículos eléctricos, algo que ya ha logrado en Shanghái. Este es solo uno de los pasos para lograr su objetivo mayor de reducir la huella de carbono de cada uno de sus productos (es decir, la cantidad de emisiones de gases invernaderos derivados de su producción y distribución) en un 70% en 2030.

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