Nuestro cerebro nos puede jugar muy malas pasadas. A pesar de que solemos confiar ciegamente en nuestros sentidos, todo lo que vemos y oímos es realmente fruto de nuestro cerebro, el cual está moldeado de una forma concreta según nuestras experiencias y expectativas sociales. Si bien estos «fallos de Matrix» no suelen tener implicaciones graves, sí que dan lugar a confusiones muy divertidas, que los psicólogos aprovechan para estudiar cómo funcionan nuestras cabezas.
Acordaos, por ejemplo, del famoso caso del Vestido. ¿Azul o amarillo? Resulta que toda la confusión se originó porque la saturación de la imagen del vestido (que era azul) hacía que algunas personas pudieran percibir los tonos azules como blancos. Los psicólogos explican que nuestra interpretación del color está determinada por factores externos como los colores y la luz a su alrededor o incluso nuestra disposición a relacionar un color como el azul con la luz natural.
¿Carnero del infierno o adorable perrete?
Afortunadamente, la ilusión óptica que traemos hoy no es tan compleja: es, simplemente, fruto de una enorme casualidad que, eso sí, altera completamente nuestra predisposición a interpretar formas. Echa un vistazo a esta imagen. ¿Qué clase de animal es este?
This really messed with my head for a few minutes before I realised pic.twitter.com/HiFaDG6DCy
— Lesley (@dancingfool75) February 3, 2020
«Esto me ralló mucho la cabeza durante unos minutos antes de darme cuenta.»
¿Lo has visto ya? Antes de que vayas a practicar un exorcismo a la pobre criatura, párate un momento. Si estás en un teléfono móvil, dale la vuelta al dispositivo y lo verás instantáneamente. Si no… échale un poco de imaginación. Lo que está hacia abajo que parece el hocico del becerro es en realidad la oreja, y lo que está hacia arriba que parecía la oreja es en realidad el morro de un adorable cachorro de perro mestizo.
OMFG…I was like KILL IT, then…oh what a cutie 🐶
— I'm only here for the GIFs (@just_mark_now) February 3, 2020
«DÍOS MÍO, realmente IBA A MATARLO. Entonces… o, qué monada.»
I can see what it should look like if I turn it upside down, but my brain point blank refuses to interpret it the same way this way round
— Ian C (@IAmAnIanIAm) February 3, 2020
«Puedo ver lo que debería ver si le doy la vuelta, pero mi cerebro se niega en redondo a interpretarlo de esa forma desde esta perspectiva.»
Y vosotros, ¿sois capaces de ver al perrito, o seguís viendo la cabra?